1. La amiguita de mi hijo es una loba feroz


    Fecha: 12/07/2018, Categorías: Gays Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... urgente calentura aún conservaba un rasgo de lucidez y responsabilidad, debía cuidarla, no vaciarme dentro de su vagina. Mi placer subía por el ascensor, saltando de a tres pisos por vez. Ella se mueve aferrada a mi cuerpo, arquea su cintura para aproximarse en cada embestida, estamos llegando al borde del precipicio, la orden cerebral era un par de pasos más y era el salto al vacío, ella urgía más intensidad en las acciones, yo pretendía detenerme al mismo borde y ella continúa aferrada a mi mano, arrastrándome al borde de la cornisa. Nuevamente el conflicto de mi responsabilidad y la pasión, ella exige urge acción, como puedo le hago saber el riesgo, imposible consensuar riesgo y pasión, me sujeta para imponer su criterio de goce, ella corre los límites más allá de la prudencia, pide que siga, que nada importa más que su felicidad, nada ni nadie la separa de mí, urge y exige, desesperada y dispuesta a todo por sentir mi descarga masculina dentro de su sexo.
    
    ¡Sólo un poco más! es la exigencia suprema, justo el espacio que la separa del glorioso orgasmo que avanza dentro de sus entrañas. Un “tsumani”, un maremoto fueron sus palabra para contarme el placer de ser mujer y poder gozar esa experiencia inédita. Se convulsiona, ondas de calor la recorren, oleadas de placer la trastornan. Retenido y exigido salté al vacío, nada más importaba que dejar fluir el volcán que ella había fogoneado, ...
    ... el magma lácteo produjo una nueva onda de calor que apuró un nuevo y más prolongado y definitivo orgasmo.
    
    Le costó reponerse, las emociones las superaron, abrazados durante un tiempo, recuperamos el deseo de otro polvo. Lo hicimos, dolió menos que el anterior, lo disfrutó con igual intensidad, gritó el orgasmo, sostuve la penetración alargando su placer y el mío hasta el último momento. Previo al desenlace no quise repetirlo, contra sus deseos, la retiré y busqué terminar en su boca. Me permitió entra en su dulce boquita, chupó con fruición sus propios jugos que se conjugaron con los míos. El borbotón de leche se derramó dentro de ella y la degustó todita.
    
    Intenté, sin éxito, convencerla de olvidar lo sucedido, de momento me hizo saber que era tarea imposible, pretendía seguir con estas experiencias.
    
    Seguimos teniendo sexo una vez a la semana, hasta el viaje a Bariloche, luego muy de vez en cuando, ahora tiene un noviecito que la tenía bien nutrida de producto lácteo. Nos hicimos amigos, ¡qué bueno!
    
    Joven mujer si la experiencia de Claudia te pareció interesante, puedo explicarte los detalles omitidos por razones de espacio y transmitirte las personales en forma privada y confidencial y escuchar lo que me quieras contar al respecto. El señor Lobo Feroz estará gratamente agradecido de recibir tu correo en[email protected] y retribuirte del mismo modo, hasta luego…
    
    Lobo Feroz 
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