-
Hetero
Fecha: 28/02/2022, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Nino Mcphee, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Secar ropa junto a la estufa a puerta cerrada convierte el pasillo en un hermético sauna, por lo que ya me encontraba en short y polera cuando escuché a llegar a Leo, un compañero de universidad que visitaba a mis roomates para quedarse estudiando o a veces compartiendo algún trago hasta muy tarde. Le dije que mis roomates no habían llegado ese domingo, pero aproveché de pedirle traerme leña para mantener el fuego y por su buena voluntad de hacerlo le alcancé una cerveza. Nos pusimos a conversar sobre el estudio, sobre el estrés de cerrar el ciclo académico y luego hablamos sobre su forma de relacionarse con mis compas de piso, en fin... una conversación que se volvía amena cuando ofreció ir al bazar por una botella de vino. Fue entonces cuando a solas se vino a mi mente que quizás algo podía pasar entre él y yo si abría temas que nos llevaran a conversar de forma más íntima y tantear si me encontraría con su consentimiento de hacer algún avance con él. Rápidamente me metí a la regadera y volví a ponerme polera y un pantaloncillo corto. Incluso unas esencias con un leve dulzor. Algo que me pusiera en un imaginario femenino ligeramente ante su percepción. Me había ya secado el pelo cuando Leo dejó sus cosas sobre la mesa, se sacó los zapatos y vino a sentarse conmigo al piso, junto a la estufa donde había puesto un cobertor para instalarse con el vino y un juego de naipes. Jugamos varias rondas. La conversación ya sonaba a dos amigos charlando de la vida y no había sido ...
... sino dos botellas y media de tinto las que se repartían haciendo efecto en nuestros cuerpos. Fue mientras Leo me rellenaba otra copa que me preguntó si alguna vez le contaría que yo tenía un novio. Me pilló de sorpresa. Yo no tenía un novio como tal, pero llevaba un tiempo conociendo a un chico, pero no habíamos tenido sexo aún. Con la misma naturalidad que lanzó su pregunta le respondí con toda esa info que lo mantuvo silencioso unos segundos. - Y quién quieres que sea la mujer de tu relación? -preguntó torpemente. - Nadie es la mujer, Leo. Somos dos hombres que.. - ..No quise ser ofensivo, es que.. - Está todo bien. El pasivo soy yo, si eso es lo que preguntas. Nuevamente se hizo silencio. Lo noté sonrojado, quizás por el vino, el calor de la estufa y el improvisado sauna o porque en su imaginación nacía una escena que le ponía pudoroso y no sabía cómo expresarlo - El pasivo es el que recibe, imagino - Si, eso es un pasivo. Quien recibe al hombre. O al miembro del hombre. Tomé mi copa y tomé un largo sorbo. Luego empecé con un diálogo de confesiones para encenderle más la curiosidad. - No me atrevo a tener sexo con él todavía. Lo he hecho sólo dos veces y hace tiempo. Necesito ejercitar la zona antes. Necesito un amigo que quiera entrenar mi culito antes de hacerlo con el hombre que tanto me gusta, pero no hay amigos que hagan tanto por uno. Leo me escuchaba atento, pero sin ningún gesto de aprobación. Parecía estar traduciendo en tu cabeza lo que iba ...