1. Aquella Extraña Mujer.


    Fecha: 14/07/2018, Categorías: Sexo en Grupo Hardcore, Gays Autor: bi_gym_40, Fuente: xHamster

    ... Se sentó en la prensa de piernas y me pidió ayuda.- Dime qué quieres que haga.- Voy a hacer mi calentamiento con este peso, pero necesito que me aguantes la máquina mientras me voy calentando, me dijo.- Claro, lo que quierasElla se colocó en posición en la máquina. Y cuando se sintió cómoda, me pidió que aguantara los discos. Yo me puse a un lado. Llamé al entrenador quien se puso en el otro lado de los discos. Ella empezó a flexionar sus piernas, poco a poco. Hasta que logró que los discos bajaran completamente, e hicieran todo su recorrido. Hizo 3 series de 10 repeticiones sin descanso. Y ni siquiera había empezado a sudar. Se puso de pie para estirar un poco sus piernas. Aquellas piernas habían empezado a recibir importantes dosis de sangre y presión, y los músculos habían empezado a aumentar su tamaño. Volvió a sentarse en la máquina. Y me hizo una petición especial.- Súbete a la máquina.- Yo?, pregunté- Sí. Tú. Ponte de ese lado. Y el entrenador que se ponga en el otro.Nos quedamos atónitos mirándonos. Ella sonrió. Nos indicó que nos subiéramos. Lo hicimos. Habíamos añadido 180 kilos a los 300 kilos que ya tenía la máquina. Nos esperamos lo peor.Ella se concentró. Respiró profundamente. Apretó sus labios. Y empezó a mover los discos. Y con ellos, a nosotros dos. Todo el mundo en el gimnasio estaba viéndola a ella entrenar. No había nada más que mirar. Cuando nos empezó a mover, yo pensé que no lo lograría.Hizo 3 series de 15 repeticiones. Cuando terminó, nos indicó ...
    ... que nos bajáramos. Se puso a estirar las piernas en una caminadora. Estuvo durante 30 minutos a una velocidad increíble para un ser humano. No digamos ya para una mujer. Mientras ella estaba en sus ejercicios, las demás personas del gimnasio se marcharon, asombrados, preocupados y desilusionados a parte iguales por el desempeño de esa mujer. El entrenador cerró el gimnasio. Al final, nos habíamos quedado ella, el entrenador y yo.Pasada esa media hora, ella se puso a hacer sentadillas. Con los mismos 300 kilos de la prensa de piernas. 60 minutos de sentadillas. El entrenador y yo, nos habíamos sentado en la oficina y estábamos hablando del portento de mujer que había empezado ese día en el gimnasio. Él juraba que nunca la había visto. Yo tampoco recordaba ninguna mujer como ella. Hablamos de la posibilidad de que ella estuviera en algún tratamiento con esteroides y hormonas masculinas, pero lo descartamos por su buen estado físico en general.Mientras él y yo hablábamos, podíamos verla a ella haciendo sus ejercicios a través de las cámaras de vigilancia. Se había colocado en el banco de pesas y estaba haciendo mancuernas, con las de 80 kilos, una en cada mano. En un momento de tensión muscular, su camiseta se rompió, dejando al aire sus tetas con sus pezones apuntando firmes hacia el cielo. Ella no se inmutó. Sabía que estábamos los tres. Pero a mi amigo el entrenador, le estaba pasando algo. Empezaba a tener una erección. Y yo también. Nos dimos cuenta enseguida de lo que le ...