1. Secretos de familia. Mi cuñada, quería dogging


    Fecha: 14/07/2018, Categorías: Intercambios Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... insinuante para llamar la atención al más desprevenido. Durante el trayecto le aporté la seguridad a sus atrevidas ganas, pero dejando que la adrenalina del riesgo de ser observada fuera incrementando el placentero morbo que estaba buscando. Hice una parada en un lugar medianamente concurrido, indiqué subirse la falda, bajar la tanga hasta la rodilla, echarse hacia atrás y mostrarme el sexo, cuestión de que si alguien pase cerca pueda ver lo que hacemos, luego que me saque la verga, que durante el resto del trayecto vaya pajeándome, luego mamándome mientras conduzco, que se acostumbre a ser visualizada desde los colectivos, precisamente me detenía en los semáforos al costado de alguno para que los pasajeros pudieran disfrutar del espectáculo que Stella les daba mamándome.
    
    Interrumpimos el espectáculo gratis, era tiempo de llevarla al pub, entramos, nos sentamos en la barra, pedí dos tragos, escocés para ambos, sobre todo para ella que necesitaba estar bien “colocada”.
    
    Le indiqué que apoye los pies en el soporte, suba como al descuido la minifalda, se gire mirándome para que podamos espiar el color de la tanga. Con el segundo vaso de “chivas regal” ya estaba bien “alegre” y dispuesta para entrar a la segunda fase.
    
    Mientras subía la falda de Stella, hice señas a los elegidos, que se aproximaran para presenciar bien de cerca como metía mano en la tanga, buscando separar el pequeñísimo triángulo, dejar visible la mancha de vello enrulado, reclinada en la altura del ...
    ... taburete, abierta de piernas ofrecía al resto de los hombres la raja brillando de jugos por el trabajo previo.
    
    El barman trajo cubos de hielo, los dos primeros hombres los tomaron y pasaron cada uno por un pezón. El contacto con frío se los erizó, un tercero llegó para descorrer el tanga y poner sus bigotes en contacto con el velos púbico en una lamida de concha que la estremeció toda. Entre los cuatro la transportamos hasta colocarla sobre la mesa de pool.
    
    Tendida sobre el paño verde, las piernas colgando, los que juegan con los cubos “pelan” (sacan) verga y se pajean para frotarlas en los pezones antes de darle a lamer, el tercero levanta las piernas y le saca la tanga, comienza a lamerla, frotar sus bigotes sobre la vagina. Se retira con la boca toda embadurnada de jugos, los dos hombres pajeados por ella, se dejan estar en su boca, alternando en la chupada.
    
    Obviamente tenía el primer lugar en entrarle, nunca había tenido un acercamiento erótico con ella, ahora estaba a mil, urgido por metérsela. La tenía al palo, ansioso por penetrarla. El pantalón en los tobillos, la verga en la mano listo para hacerla mía, agarrado de su cintura, se la mandé de un golpe.
    
    De un envión se la entré toda, tengo un grosor importante, tan húmeda que costó poco vencer la estrechez vaginal, la arremetida la sorprende en plena mamada, sus dientes rozaron la verga de su ocupante, para el segundo bombeo, se limitó a pajearlos, entre los jadeos propios de la sacudida que le estoy ...
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