Secretos de familia. Mi cuñada, quería dogging
Fecha: 14/07/2018,
Categorías:
Intercambios
Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos
... ganas de cogerme… vamos no sean tan flojos…
Nos había tocado en el orgullo de machos, uno de los que aún no había hecho sino observar, tocándose por encima mientras bebía, se levantó y “peló” verga, un buen ejemplar de pija, en largo y gorda. La tomó de la cintura, la puso con las tetas sobre la mesa, le separó las piernas, con una servilleta limpió el exceso de semen que se escurría. Una sonora nalgada anticipó el polvo por venir. Se afirmó de sus caderas y se la apoyó entre los labios de la vulva.
- Quería coger!!! Ahora vas a tener lo que buscas, putita. Tomaaaa!!!
Las palabras secundaron brusca penetración, el grueso miembro entró en toda su extensión y en todo su esplendor. Un gemido ahogado en su garganta denota que la penetración es tan intensa y profunda como la frase amenazante.
El tipo comenzó a bombearla con tanta intensidad que hacía temblar y estrujar las tetas sobre la mesa. Los embates intensos, sacuden y desplazan en cada bombeo, el proceso adquiere la importancia de darnos un espectáculo vibrante, los gemidos el hombre se complementan con los gritos de la hembra acuciada por la penetración y el goce.
Todo se mezcla y retuerce, la pareja se convierte en una masa de sexualidad vibrante y enloquecida. El hombre retira la verga y sin previo aviso se la acomoda en el ano. Una estridente nalgada la desconcentra y sorprende, es la forma de poder evitar que esté atenta cuando produzca la forzada penetración.
Cuando quiere reaccionar el tipo la ...
... presiona de los hombros y se aprieta contra sus nalgas. El resto del polvo se lo termina por el ano. Los jadeos del hombre tienen eco en los gemidos de Stella. El hombre se corre dentro, bufando todo el tiempo que se prolonga la eyaculación. Permanece, latiendo los últimos momentos de la corrida.
Estamos concentrados en la acción del hombre que le está haciendo el culo, mientras el barman termina de desnudarse, acariciando la espalda de Stella, esperando que el culeador le ceda el lugar de montarla.
Al perfilarse, pudimos ver que su verga es algo digno de admirar, el que se está retirando tiene un buen tamaño, sobre todo en grosor, pero el dueño del pub es algo que supera a todos, aún a los que nos sentimos privilegiados por tenerla bien gruesa, comparado con él es para pasar vergüenza, no es tan larga pero de un grosor más de lo creíble.
Stella, sigue moviéndose luego de una cogida que la dejó estremecida, cuando siente el “grosso” miembro del hombre acomodarse entre los labios vaginales, ella siente la notable diferencia de tamaño, se inquita cuando el señor toma posición para mandársela dentro.
Las sacudidas se tornan bruscas, no por la fuerza de la metida, sino para contenerla al responder a los golpes del pistolón que le abre la vagina. Acostumbrada a este tamaño que supera con creces a todos lo que han viajado por su conchita, va adecuándose al tamaño de su verga.
El hombre se nota afiebrado en una calentura que lo consume, mientras bombea introduce un dedo en ...