Ser jefe tiene sus privilegios. El culo de Helena, el premio ¡Qué premio!
Fecha: 24/07/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos
Este relato es consecuencia de la situación económica, conflicto de sexo y afectos involucrados.
Helena, llega a Bs. As. para estudiar, veintidós años y buena figura pronto consigue empleo como cajera en importante comercio, en una fiesta se conoce con Walter, se ponen de novios, enamorados, a los dos meses concretan la convivencia.
Todo color de rosa, hasta que Walter queda desempleado. Sale por las mañanas con El diario bajo el brazo a buscar empleo, vuelve con la frustración de no conseguirlo, uno, dos, muchos días, el sueldo de Helena alcanza para comer hasta el día veinte, con mucha suerte, la falta de trabajo va haciendo mella en la relación, le baja la autoestima al hombre y por ende la calidad y frecuencia del sexo tan necesario en la palpitante carne femenina van haciendo mella en su carácter.
Alejo, hijo del dueño y gerente de la empresa, puso los ojos y las intenciones en Helena. Ella no es ajena a esta preferencia, se ratonea (fantasea) y hasta jugó, en el pensamiento, tener “algo” con él. Walter está cada vez peor, apático, desganado en el sexo y cayendo en un estado que puede llevar a una depresión, Helena con todas las hormonas pidiendo satisfacción.
Una noche de guardia nocturna, Helena y Alejo conversan, ella se entera que el gerente se quedó sin secretaria, se ofrece en reemplazo, y como respuesta:
—Puede ser. Estarás arriba, en mi oficina, y hasta con… un sueldo adicional, pero... (pausa, Observa la reacción), además de secretaria deberías… ...
... digamos… atenderme, como la anterior que se retiró para casarse, pero... No contestes ahora..., tómate tu tiempo para pensar, pero tampoco que se tanto como para buscar otra empleada.
Durante días la propuesta ronda la cabeza de Helena. Alejo es un hombre maduro que en poco tiempo será el dueño de la empresa, se le nota que está caliente con ella, que ella también necesita de esa calentura, sobre todo en ese momento de sequía sexual. No tiene nada que perder y mucho para ganar. Necesita sexo y dinero, con él tendría las dos, la duda cruel y mucha, entonces tomó la decisión, que una moneda decida su destino, lanzada al aire cayó cara, ¡la suerte está echada! En la mañana siguientes sube a la oficina de Alejo y dice:
—Seré tu secretaria y ese algo más... Sueldo extra ¡No!, mi marido como empleado. –estaba algo emocionada por las perspectivas lujuriosas, sobre todo, pero no quería demostrarlo.
—¿Cuándo empiezas? —la lujuria de hombre se le nota en la voz.
—¡Ahora! – decidida, sonríe.
Hubo un momento de indecisión, pero ella se acerca para besarlo en la mejilla, primero en una, luego en la otra, pero ese acercamiento produjo el efecto previsible. Sellan el acuerdo con un beso que Helena hizo fuera todo un anticipo de mejores momentos, aunque nunca imaginó que tan pronto se sucedieran los hechos.
El contacto de los labios se extendió al beso húmedo y profundo y desde ahí se irradió a todo el cuerpo y toso se convirtió un maremágnum de lujuria y deseo. El deseo no ...