1. Mi esposa agradece a joven constructor


    Fecha: 15/03/2022, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: Relatorero, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... a acostarse junto a ella. Yo me senté al borde de la cama. Ella ofreció de nuevo su boca, sus labios a aquel joven gallardo, quién respondió fundiéndose nuevamente en un beso largo, suave, Tal ves profundo. Sandra acariciaba dulcemente la cabeza de Beto mientras este sin dejar de besaría abría los broches de la camisa de mi adorada esposa. Al terminar aquel beso y retirar sus bocas ya mi esposa tendida boca arriba y Beto sobre ella dejaba ver su blusa abierta mostrando su sostén de encaje traslúcido, color negro, contrastando con la suavidad de aquella piel blanca. Beto retiro la blusa de Sandra y desabrocho el sostén retirándolo por completo. Se dejaba ver aquellos pechos grandes, redondos de aureola café rosa, y pezón ya erecto. Nuevamente Beto acerco su cara besando sus labios. Lentamente fue besando sus mejillas y cuello, bajando hasta detenerse en aquellos dos espléndidos manjares ofrecidos y dispuestos solamente para el. Se deleito con cada uno de ellos, mientras Sandra, los ojos cerrados sentía y disfrutaba cada una de sus caricias. Poco a poco Beto, fue bajando, lamiendo, besando, acariciando con su lengua y boca cada centímetro de su barriguita. Con su lengua, rodeo el ombligo de Sandra, en círculos los cuales fue estrechando hasta detenerse en el centro de  su ombligo. Sandra despojo a su hombre de su camiseta y él absorto, concentrado volvía a acariciar aquel ombligo, mientras sus manos desabrochaban la falda, empujándola suavemente hacia abajo. Sandra arqueo su ...
    ... cadera levantando su pelvis para qué Beto pudiese bajar su falda. Cómo todo un experto, gladiador, templario en estas lides, Beto bajaba con sus manos su falda, arrastrando tierna mente con sus dedos el interior negro de mi esposa, quién con su pelvis levantada, colaboraba con su causa. Cuando hubo retirado su falda e interior por completo, Beto se quedo por un instante observando aquel cuerpo hermoso, tierno, frágil y divino, el cual con toda seguridad seria suyo. Por eso sus movimientos eran diestros, Suaves sin prisas. Volvió a tomar su labor desde el sitio q la había suspendido, es decir desde el ombligo. Lamiendo acariciando besando. Poco a poco fue descendiendo al tiempo que como si fuera una danza, mi esposa acompañaba aquella melodía, abriendo ligeramente y muy suave sus piernas. A este punto Beto ya había posado sus labios en el maravilloso monte de venus. Se detuvo retirando un poco su cara para poderlo contemplar en toda su dimensión y majestuosidad, aquella propiedad que ya era suya. Depilada, totalmente, solamente un mechón en forma de corazón encima de la comisura superior de sus labios vaginales. Ya sus piernas abiertas dejaban ver aquellos labios ligeramente separados, con aquellos maravillosos pliegues cuan si fuera una bella flor extendiendo sus pétalos para su amado. Notaba a Beto, concentrado, maravillado. Suavemente poso sus labios besando aquel corazón, mechoncito de pelos que mi esposa se había dejado. Mientras besaba sus manos acariciaban suavemente al ...
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