1. Afortunado


    Fecha: 17/07/2018, Categorías: Voyerismo Autor: XAVIA, Fuente: CuentoRelatos

    ... días. Lo conseguiré, me anima, pero a este ritmo voy a necesitar años antes de ponerme de pie.
    
    Como si me leyera el pensamiento, me pide que trate de mover manos y pies. Ante mi imposibilidad, opta por la musculatura más pequeña.
    
    -Concéntrate en un dedo de la mano derecha e intenta moverlo. –Lo hago pero es en balde. Entonces toma mi mano, masajeándome los dedos, estirándolos, dejándolos inertes sobre la suya. –Venga, prueba de nuevo.
    
    Concentro toda mi energía en el dedo índice, poniendo todo mi empeño en algo tan simple como levantarlo un milímetro, cuando cambio de dimensión.
    
    El cuerpo de Rita yace, completamente desnudo, sobre un lecho satinado que debe ser de la habitación de un hotel. ¡Qué buena está la cabrona! Tiene un cuerpo muy parecido al de su hermana, aunque le saca una talla de sujetador. Con las piernas completamente abiertas, mira a su amante expectante, ansiosa. Pero no es Gonzalo, su novio con el que lleva años prometida, el que se le acerca. Ni siquiera es un hombre. Una joven rubia, también desnuda, se le acerca gatuna alabando lo guapa que es y el maravilloso cuerpo que muestra.
    
    Se funden en un tórrido beso, en un abrazo que las une como un solo ser, jadeantes, entregadas. La desconocida toma la iniciativa bajando por su cuello hasta aquel par de esculturas que engulle glotona, mientras su mano ha bajado hasta el cuidado sexo de Rita que acaricia diligente. Ésta gime con fuerza, sintiendo su ser profanado por dedos expertos y una lengua ...
    ... hambrienta. Se lamenta cuando la amante abandona sus pezones, pero es momentáneo, pues sus labios han descendido hasta su entrepierna. Si los dedos la estaban llevando en volandas, la lengua la transporta al Paraíso.
    
    ¡Dios! Ningún tío se lo ha comido como se lo está comiendo la chica. No pares, no pares, llévame a término, piensa, mientras suspira sonoramente. La compañera no se detiene cuando las caderas empiezan a convulsionarse, al contrario, la sujeta de una nalga para controlarla mientras dedos y boca la hacen rugir poseída.
    
    La rubia asciende de nuevo, permitiéndole recobrar el aliento, lamiendo su estómago, sus pechos, sus pezones, su cuello, hasta besarla de nuevo, profundamente. Sabe a coño, a su coño, el primero que prueba en su vida, algo que la excita más aún si cabe. La morrea con ansia, secándole los labios de flujos femeninos, hasta que la chica se separa, incorporándose, acerca su pubis a su cara y le pregunta:
    
    -¿Alguna vez te has comido alguno? –Rita niega con la cabeza, tímida, cuando oye la orden. –Este será el primero. Cómemelo.
    
    El sabor no le desagrada, aunque la sensación no es la misma que ha tenido al besar su boca pringada. Es intenso, ligeramente ácido y muy viscoso. Nada que ver con comerse una polla, algo que hace más por obligación, convencida que una mujer debe hacérselo a un hombre, que por gusto.
    
    Lamer los jugos que emana la vagina, recorrer los labios hinchados, jugar con el clítoris con la punta de la lengua como le acaba de hacer a ...
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