LA SANTULONA DE MI PRIMA AHORA COBRA POR SEXO - Relatos Eróticos

LA SANTULONA DE MI PRIMA AHORA COBRA POR SEXO

... página, saber vender su cuerpo. Mostrar sus cualidades y decir que estas dispuesta a hacer. Lo que no le convencía era que justamente su perfil era muy demandado por viejos, y lo que ella pretendía era que sean hombres vigorosos que la sacudan con fuerza.
Pasaron semanas hasta que le pregunto a su amante moreno como conocía a esa gente que llevo a su casa. Uno era del gimnasio, otros dos amigos, un médico conocido y un muchacho de un puesto callejero al que siempre le invitaba un trago los viernes al finalizar su jornada. Con los estos datos, no tuvo mejor idea de buscarlos y disimular una casualidad el encuentro, charlar con ellos, saber qué es lo que buscan, gustos, etc.
Su amante si bien era uruguayo, pertenecía a una comunidad afro Argentina, de ahí que el médico, el muchacho del gym y vendedor ambulante eran morenos.
Empezó por cruzarse con el muchacho del gym, Denis, quien no pasaba los 30 años y era soltero. Después de la revolcada de rigor conversaron un buen rato, a él solo le importaba pasarla bien y era de los que le entraban a todas, jóvenes, maduras, rellenas, flacas. Le pregunté por los otros y solo conocía al médico.
De manera separadas siguieron los amigos, que también eran compañeros de trabajo de su amante. Uno casado y el otro divorciado, eran los que les gustaba gastar plata en mujeres.
El vendedor ambulante, joven, divertido. Le contaba que parte de sus ingresos eran justamente por mujeres que iban a buscar experiencias interraciales. Ante la ...

... consulta por el resto, también coincidía con el médico era el que le gustaba ese tipo de fiestas. Orgías que tenían que ser con mujeres blancas, y bien jovencitas. Estaba claro que ese tipo sería quien la llevaría a su primer encuentro "pago"-
El médico, moreno de baja estatura y el mejor armado de todo ese grupo. Traumatólogo, se sorprendió al verla dentro de sus pacientes. Su cara lo decía todo, la quería devorar con la mirada, no le importó pedirle que se quite la ropa para revisar su espalda. Luego de recostada boca abajo, sus manos la empezaron a recorrer hasta tomar sus nalgas, sacándole un gemido de placer. Desesperado por cogérsela en su consultorio, metió su lengua buscando lamer su ano y vulva. Ella lo freno y le dijo que programen un encuentro, pero de regalo se la chupo hasta tragarse su leche.
Pasaron solo 3 horas cuando llegó a su departamento para que se la cogiera con lujuria, mientras ella se metía sus dildos por los agujeros disponibles. Ya descansados, charlaron un momento donde ella le pregunto de todo. Hasta le contó que tenía un grupo de amigos, todos morenos, que se juntaban cada 3 o 4 semanas para armar sus orgías. Cuando la invita para participar, aprovecha la oportunidad para hacer la oferta económica. Le dijo que con él estaba todo bien porque ya se conocían, pero con otra gente ya pretendía ser remunerada. La condición, que no sean más de 5, que él busque el lugar bien reservado y que tenga cámaras y máscaras para grabar (su gran pasión, ser grabada ...