1. Desafío de galaxias (capitulo 15)


    Fecha: 23/07/2018, Categorías: Infidelidad Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... cosas más importantes que tratar.
    
    —Si, reverenda madre.
    
    —Supongo que querrás ver a Pulqueria, ¿no hijita? —preguntó la priora mientras subían las escalinatas y entraban en el monasterio.
    
    —Si reverenda madre. ¿Cómo va su adiestramiento?
    
    —Reconozco que estoy sorprendida… y muy satisfecha, la verdad. En estos cuatro meses casi ha completado el programa técnico de un año. En el plano físico no va tan avanzada, pero es normal, es una cría de 18 años que nunca había hecho deporte.
    
    —Entonces ¿para cuándo podré dispones de ella?
    
    —Yo creo que en un par de años, —la respuesta hizo pararse a Marisol que miro a los ojos de la abadesa.
    
    —Reverenda madre, ni siquiera sé si podremos aguantar uno.
    
    —¡No, no! No te permito esa falta de confianza en tu liderazgo, —la reprendió la priora entrando en una sala donde esperaban varias sacerdotisas de máximo nivel y una jovencita de piel muy oscura con el hábito de novicia—. Recuerda las palabras de la Princesa Súm.
    
    —No es eso, reverenda madre, —se defendió Marisol—. Intento ser realista y tener los pies en el suelo, —y negando con la cabeza con ojos ausentes, añadió—. Estoy haciendo cosas horribles, que hace unos meses ni imagine hacer. He utilizado unas armas terribles para atacar al enemigo, y según nuestras estimaciones, hemos matado a más de medio millón. Medio millón, reverenda madre, quinientas mil vidas que me duelen a pesar del odio que siento.
    
    —Eso es porque tienes corazón, —dijo la novicia—. No eres una ...
    ... asesina, —todos la miraron y ella mantuvo la mirada de Marisol.
    
    —¿Tu eres Pulqueria? —preguntó Marisol aproximándose a ella.
    
    —Si Marisol, —respondió la priora frunciendo el ceño—. Y como veras, lo del voto de silencio no lo lleva muy bien.
    
    —Lo siento, reverenda madre, —dijo Pulqueria bajando la vista.
    
    —¿Eres humana de las colonias?
    
    —Si mi señora, de Nueva Turquía. Nací en Yeni Pamukkale: mi familia vive allí.
    
    —Entonces somos vecinas, —y mirando a la priora, añadió—. Nueva Turquía y Nueva España están en el mismo sistema.
    
    —Así es, mi señora, —afirmó Pulqueria.
    
    —¿Eres consciente de la importancia que tienes? —preguntó Marisol acariciándola el cabello en un gesto cariñoso que no paso desapercibido a Anahis.
    
    —Si, lo soy mi señora, —y besando la mano de Marisol, añadió—. Solo deseo completar mi formación y servirte.
    
    —A mí no, a la República, Pulqueria, a la República.
    
    —Si mi señora.
    
    Anahis entró silenciosa y con expresión cejijunta en la estancia que iba a compartir con Marisol en el monasterio. Con ímpetu, tiró su bolsa de viaje contra una silla derribándola.
    
    —¡Eh…! ¿Qué te ocurre mi amor? —preguntó Marisol con precaución viéndola entrar en el baño.
    
    —¡¿Mi amor!? —tronó desde el baño, y saliendo de él, chilló—. Solo te ha faltado llamar así a esa zorrita.
    
    —¿Pero que dices?
    
    —¿Y por qué la has acariciado?
    
    —¡No sé cariño, ha sido…!
    
    —¿Y por qué te ha besado la mano?
    
    —Mi amor, estás sacando las cosas…
    
    —“¡Solo deseo servirte!” ...
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