Euterpe y Tauro (4)
Fecha: 24/07/2018,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos
... hermanito, tan chiquitín, más aún que su propio hijo, y al que llegaría a querer, casi, casi, que como al hijo habido de sus entrañas. Alona conocía a su madre, y sabía, exactamente, lo que entonces la autora de sus días más deseaba: Fundirse, cual lapa a roca, a ese marido suyo, tan extraño, tan raro para ella, por lo de español; rizando el rizo de lo inaudito su condición de torero. Y así pasó, justamente; que tan pronto su hija se llevó a su pequeño hermano, la madre de ambos echó los brazos al cuello de su amado “Vania”, o “Vaneshka”, según pintara la carta que Fortuna jugaba, apretándose a él como si en ello le fuera la vida, en tanto él la ceñía, más y más, a sí mismo, como si quisiera estrujarla, fundirla consigo mismo; y así, juntitos, juntitos, los dos empezaron a bailar al suave son de la música, algo más que sensible, algo más que romántica. Yelena estaba radiante, casi, casi, que transfigurada, con un aura de dulce gozo, inenarrable felicidad iluminándole todo el rostro. Y besó, y besó y volvió a besar ese rostro tan querido, esa boca tan amada, tan deseada por ella, la de su más que amado marido, con pasión casi frenética entreverada de dulce cariño, de tierno amor
– Eres feliz, ¿verdad Elena?
– Sí amor; y no sabes bien cuanto… (Señaló con el dedo al público) ¡Míralos!... ¡Vibran!... ¡Están vibrando de emoción, de entusiasmo!... ¡Es grandioso, monumental!… Y no sólo vibran por mí, conmigo, sino que, y muy especialmente, por vosotros, por ti, mi marido, y ...
... por nuestro pequeño Vanechka, nuestro hijito, amor… ¡Dios, marido, y cómo te quiero!… Me sedujiste…me embrujaste, gitano…más que gitano… Y al Cielo doy gracias por ello, porque más feliz, más dichosa no puedes ya hacerme… Y ya verás…ya verás cómo te voy a querer esta noche…En cuantito lleguemos a casa, te llevo al dormitorio… ¡Y allí será Troya…y allí, morirá Sansón, con todos los filisteos!... ¡Ja, ja, ja!...
Y sí; la noche acabó por ser algo más que “movidita”, con una Yelena que decir estaba desmelenada es decir bien poco, y un maridito que tocó el cielo con los dedos merced a los denodados desvelos de su mujercita, más que empeñada en llevar a su amor no ya al cielo, sino al mismísimo “Séptimo Cielo” de Allah, Venus, Afrodita, Astarté y demás deidades, habidas y por haber, del Amor y el Deseo Sexual, aunque “er probetico”, admitámoslo de una vez por todas, por mucho que nos duela, acabó hecho unos zorros, pidiendo árnica, ”Tregua”, “Tregua”, Tregua”, a voz en grito, pues su amadísima se empleaba en el “tratamiento” dedicado al maridito de su alma con unos ánimos que para ella, y para él, también, se quedaron
Aquí, conviene hablar de las Navidades que la pareja Juan-Yelena solía pasar, pues eran dos, y no una, las celebradas cada año. La explicación de esta extravagancia está en las particularidades de la Iglesia Ortodoxa Rusa; aunque en el Estado ruso, la Federación Rusa, está vigente el Calendario Gregoriano, el que impera no ya en todo el mundo occidental, sino que ...