1. El negro, mi nuevo vecino.


    Fecha: 25/07/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... de la cama y ahí comencé a cabalgarlo como se debe, a él le encantaba porque gemía haciendo ruido, a mí, ni se diga. Él no estaba acostado completamente, tenía sus codos apoyados al colchón, luego se incorporó y se levantó un poco para besarme largamente, echándose después en la cama como era, y así me agarró de las nalgas y abrió un poco las piernas, las medio levantó y comenzó a reventarme el culo como nada, como si tuviera rabia contenida, yo sentía mucho placer, quería que no parara, no sabía qué estaba tocando dentro de mí con ese machete pero me hacía volar del placer. —Ay, ay, ay, así, ah, ah, así papi, no pares, dame, dame, dame. — ¿Te gusta putica? ¿Querías guebito verdad? Tome guebito, tome tome. —Ay, ay, ay, me duele, pero no pares, aj, aj, aj. —Bésame, bésame, bésame. Lo besé, y así, arrecostado a su pecho sudado, me daba más duro, me abrazaba y me clavaba las uñas en la espalda. Sentía que cada vez iba más rápido. Sentía cómo gemía con más rapidez, cómo se le aceleraba más la respiración y me volví a sentar bien, clavándomelo más dentro de mí, si me iba a acabar, tenía que ser adentro, solo así lo podría emperrar y tenerlo comiendo de mi mano. Era probable que a su mujer no le acabara adentro muy a menudo. —Ah, ah, te voy a acabar adentro, así, así, aj, aj, ahhhhhhh— dijo, dándome más duro, clavándomelo más, como si cupiera más, como si quisiera dejarme bien preñado, y bueno, lo estaba haciendo y me encantaba. A diferencia de muchos, no sentí nada caliente ...
    ... adentro, pero sí sentí la presión que hacía, cómo le palpitaba dentro de mí, y así como estábamos no pude aguantar más, me seguí moviendo yo sin que él se moviera, como si no me resignara a que se fuese a terminar todo ahí, y sin tocarme siquiera, acabé, ¡Y QUÉ SENSACIÓN MÁS HIJUEPUTAMENTE RICA! Sentía mi culo apretarle el guebo, y se notó que le encantó, después, así como estábamos, sin salirse de mi, se arrimó hacia la orilla del colchón, se levantó, cargándome en brazos, y me llevó hasta el baño, en el trayecto íbamos riéndonos, me bajó y sentí un frío en el culo nada normal, como vacío, deshabitado. Entró a la ducha, abrió la regadera, y después de dudarlo un poco se comenzó a mojar, quitándose mí semen de su cuerpo y yo me senté en la poceta a expulsar todo lo que tenía dentro de mí. Esa era la peor parte. De ahí de donde estaba lo veía bañarse, tan bello, tan grandote, tan macho, hombre serio. Le vi el guebo y lo tenía dormido, aunque era, así como estaba, perfectamente del tamaño de una coca- cola de lata, y no miento. A los minutos me bañé yo también, salimos del baño y cuando vi la hora eran las 3:47 recuerdo. No sé cuándo había pasado tanto tiempo, me pareció un abrir y cerrar de ojos. Obvio después de bañarme el efecto de la droga se me había pasado y ya todo era más requeté distinto porque como dicen por ahí, que todo animal después del coito es triste. Se me nubló la mente de pensamientos, pero los ignoré… Nos acostamos un rato, me dijo que esperara a que se hicieran ...