1. El negro, mi nuevo vecino.


    Fecha: 25/07/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... las cosas que decía. Hasta mi amiga notó que estaba ido. —Es que me invitaron a la fiesta de la hija del vecino nuevo no tan nuevo. Y yo a esa gente ni la conozco. — ¡¿QUE QUÉ?! ¿EN SERIO? Ese perro sucio ni fue capaz de decirme y eso que me quería era coger nada más. Es más ya le voy a escribir. A los 5 minutos me llega un mensaje a mí. • “Ajá, no te aguantaste en decirle a tu amiga de la fiesta” No hacía falta preguntar quién era. El corazón se me aceleró, me fui de donde mi amiga hasta mi casa y allá le respondí. • “¿Quién te dio mi numero?” • “Yo mismo jajaja” • “Explícate mejor, por favor” • “Ay no te me vayas a poner amargadito tan rápido”. No le respondí. Mandó otro mensaje. Deduje que se llamó a sí mismo para guardar mi número. • “Imagino que no hace falta que te diga que no debes andarle diciendo a nadie por ahí que te estoy escribiendo” • “Tranquilízate, tampoco soy tan niño” • “Eso hay que verificarlo primero” • “Fecha y hora” —respondí yo. Estaba decidido a todo ya, ese me quería coger y yo quería que lo hiciera, ¿Para qué poner largas o resistencia? Duró un rato sin responder y yo bueno, nada, este lo espanté ya. Pero como a la hora me llegó un whatsapp de él. • “Ya no tengo renta, solo wifi. Te llegas hoy en la noche que la cuaima no se quedará aquí, yo te aviso, ¿sí va?” • “Ok” • “Pero qué seco vale, vamos a ver qué es lo que eres tu chamito. Ojalá no seas pura bulla” ¿Chamito? ¿Pura bulla? Lo que me provocaba era mandarlo a mamarse un guebo, pero ese poquito ...
    ... de ego del cual les hablé al principio no podía dejar pasar esta oportunidad con El Negro. Me calmé y le respondí al rato. • “Veremos” Seguimos hablando normal un rato, después mi amiga me escribió y me animó a que fuese a la fiesta para que después le contara todos los chismes. Obvio no le conté nada de que el negro a mi me encantaba y que si me pedía culo yo sí se lo iba a dar. Cosa que estaba probablemente próxima a suceder. Ese día, después de esos mensajes, fui casi que corriendo a depilarme, quedé bien limpiecito, me hice mi lavado, listo para llevar guebo como se debe. Eran las 7pm y nada que me escribía. 8pm 9pm y nada. Supuse que era todo mentira. 10:30pm más o menos. Casi 11pm. Me llegó al fin un mensaje. • “¿Despierto?” • “Obvio” respondí rapidísimo. • “Llégate. Y mosca que no te vea nadie. La puerta está abierta” Me medio arreglé, me persigné y me fui. En nombre de Dios, o del diablo… Llegué, entré, cerró la puerta y el corazón me latía a mil. Él estaba en bóxer. ¡Qué bueno se veía así casi sin ropa! — ¿Todo bien? —preguntó. —Sí, obvio. —Así me gusta, vente. Entramos al cuarto. Tenía el televisor prendido, el aire apagado pero lo prendió para que hiciera ruido, dijo él. —Ponte cómodo bobo, no tengas pena. — ¡Qué pena ni qué nada! Pena son 4 letras. —Igual que sexo. No respondí a eso. —Cualquier cosa que necesites dímelo. Ponte cómodo te dije. —Eso lo sentí como una orden, me quité los zapatos y las medias, y me arrecosté mejor en la cama. — Así es, eso me gusta. Se ...
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