El negro, mi nuevo vecino.
Fecha: 25/07/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... acostó al lado de mi, a mi me latía muy rápido el corazón, pero él se notaba confiado. Obvio, quería culo, sabía que me iba a coger. Se me acercó, me dijo que tenía frío, que le diera calor, me le acerqué y me abrazó. Se sintió tan rico. La sangre se me iba calentando poco a poco. Me abrazaba fuerte, yo veía la tv y él igual, ninguno hablaba. Después yo puse un poco de mí y lo abracé también. Sentí su bulto rozarme. Decidí ser más perra y me puse de espaldas. Me abrazó fuerte y me lo arrecostó todo. Ahí si lo sentía todo en las nalgas porque yo llevaba un short azul claro fácil de quitar. —Para que veas cómo me pones —me dijo en el oído y me dio cosquillas—. Ay vale, ¿te da cosquillitas en los oídos? Ya sé cuál es tu punto débil entonces. No le respondí. El que calla otorga, dicen. — ¿Pero por qué tan calladito y tan lejos vale? (literalmente estaba pegado a mí) Me volteé y me le puse frente a frente — ¿Así es que quieres que esté? —Claro bebé —dijo y me besó. Sus labios eran gruesos, carnositos, suaves, y me besó tan pero tan rico que yo era, después de cómo media hora, el que no quería que me dejara de besar. —Tranquilo bebé que todavía hay es tiempo. Yo soy todo tuyo hoy. Y tú mío, ¿no? —Claro. — ¿Claro qué? —Claro que soy todo tuyo hoy. Juguemos a que me haces lo que quieras, ¿quieres? —Pero qué creativo el niño, qué rico, claro que sí, pero con los ojos cerrados, cierra los ojos. Eso hice, y me desvistió. Apartó la sábana para el suelo. Y quedamos sin nada en la cama, ...
... solo dos almohadas, y yo estaba ya todo desnudo, con los ojos cerrados, acostado en la cama. Sentí cómo se quitaba el bóxer y me pasaba el guebo por las piernas, quise tocarlo pero no me dejó. —Ah, ah. Todavía no bebé. —No me aguanto. — ¿Y crees que no lo sé? Usted calladito, tranquilito que vamos a jugar a que yo le hago LO QUE YO QUIERA y usted se deja y ya. ¿Entendió? Asentí. Empezó a besarme los pies, y aunque eso no me gusta a mí, me dejé y al ratico me gustó más. Fue subiendo pasando su lengua y dando besos y chupadas por ambas piernas hasta mi ombligo. Pensé que me lo mamaría pero no. Eso no me importaba a mí. Era yo el que quería mamárselo. En el pecho se detuvo más, sabía dónde tocar con sus manos mientras me besaba una tetilla y después la otra, dando leves mordisquitos y haciendo círculos con su lengua. Yo a todas estas ya me estaba retorciendo del placer. Llegó hasta mi cuello, me lo besó, chupó y lamió como le dio la gana, yo a todo me dejaba. Después me pidió que me diera la vuelta y así lo hice. Hizo el mismo proceso y se detuvo en mis nalgas, las masajeaba, las apretaba, y luego me pasaba la punta de su nariz por ambas y su respiración la sentía por completa. Después las abrió y sentía su aliento acercarse más a donde él quería, a donde ambos queríamos. Las abrió por completo y me pasó la lengua lentamente y obvio que me retorcí. Él gimió y eso lo traduje a un: “Ajá te gusta putica”. Y me encantó. Después volvió a pasar su lengua por segunda vez pero más lento, ...