1. Déjame ser yo


    Fecha: 26/07/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: wastedLalo, Fuente: SexoSinTabues

    ... con aquella joven de su pequeña la hizo enfurecer. Al instante se dio cuenta de que había hablado demasiado. Lo supo por la carcajada cruel que oyó a la señorita Melissa. —Ingénua… crees que Valerie o Carolinne venderán jamás a tu hija? Estás loca si lo piensas. Purita sintió un desgarro en su corazón. Se ofuscó y siguió hablando más de la cuenta. Sus palabras las dictaba la desesperación y la angustia. ―Ellas no sabrán que soy yo quien la compra, me prometieron que la gente de las dalias haría los tapados necesarios para ocultar mi verdadera identidad – le contestó con indignación producida por la angustia. —Olvidas que ahora lo sé yo, y que Valerie y Carolinne son mis amigas. Lo primero que haré cuando regrese a Bayamón será ponerlas sobre aviso, y eso si es que tu hijita aún vive – añadió para meter más angustia a la morenita. Purita no soportó más la tensión y las últimas palabras de Melissa, dichas con toda la intención de herirla, provocaron que estallara en un mar de lágrimas. Sin pensarlo enterró su rostro lloroso en las plantas de los pies de Melissa que debía secar. Le besó los pies y le suplicó por su niña. El odio que había sentido dejó paso a cierta conmiseración, a cierta compasión ―No lo haga señorita ama, no lo haga, no revele mi secreto a mis amas, no lo haga por lo que más quiera, señorita ama – le dijo mientras lloraba intensamente y no dejaba de besar las plantas de los pies de Melissa Anne. —Sabes lo que hacemos a los fugitivos que atrapamos, verdad? Y ...
    ... seguro que también sabes qué hacemos con los familiares de los fugitivos a los que no conseguimos atrapar, lo sabes, verdad? Purita asintió sollozando, sin despegar su negro rostro de las suaves plantas de los pies de Melissa ―Sabes que no volverás a ver a tu hija en tu vida si sigues fugada, sabes que la única manera de evitarle espantosos sufrimientos y de estar a su lado es regresando conmigo. Yo podría interceder por ti ante tus amas y pedir que no fueran excesivamente severas en tu castigo, es más podría apelar a su clemente y bondadoso corazón para que tu castigo fuese el menos severo posible. Podría decirles que me contaste que los malditos abolicionistas te habían envaucado y engañado, que tú no querías huir pero te viste obligada a hacerlo, que cuando me viste me suplicaste que te llevara de regreso con tus verdaderas amas, que querías ser su esclava toda la vida pero que con argucias y engaños te habían obligado a escapar y ahora eras prisionera de los abolicionistas que lo único que les interesa es sacar réditos de tu historia y de tus miserias. Melissa hizo un alto para ver la reacción de Purita. La muchacha había dejado de sollozar y ahora la miraba con ojos asombrados por encima de los dedos de los pies que estaba besando. —Sí ama, lléveme con usted. Gracias señorita gracias por ser tan buena conmigo, gracias señorita ama. Durante la cena y después de su victoria sobre la antigua esclava que pronto volvería a ser esclava, extremo este que desconocían los viruet , ...
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