1. Déjame ser yo


    Fecha: 26/07/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: wastedLalo, Fuente: SexoSinTabues

    Aunque Gamaliel hubiese sabido del carácter frívolo, caprichoso, voluble, inestable y cruel de la joven Melissa no hubiese influido para nada en su decisión de declararle su amor y pedirla en matrimonio porque la belleza de la joven sureña era tal, así como su embriagadora simpatía, su dulzura y su coquetería sinuosa que se le había metido en la sangre como un virus contra el que no existe antídoto. Gamaliel o Gama como lo llamaban algunos, tenia 14 años, era el hijo varón de una notable y adinerada familia de Narcos de la zona de Carolina . Estudiaba en la UPR, sin grandes logros académicos. Era un buen chico, educado Melissa era la típica muchacha sureña, hija de ricos hacendados y propietarios de más de cuatrocientos esclavos, dueños de una plantación de más de doscientas hectáreas en Carolina Melissa, un bombón de carne y hueso de dieciocho primaveras, rostro angelical, cuerpo desarrollado, busto firme y redondeado, del tamaño preciso, cabellera larga y ondulada de color caboa, y piel trigueña , estudiaba en la misma UPR en un college para señoritas porque a pesar del odio y desprecio que sentían sus padres ―Así que no hay esclavos en carolina , papá? – preguntó Melissa el día que iba a abandonar su lujoso hogar, dos años antes, Hesed cabeceó resignado. Cómo puede ser tan tonta, dios mío, se dijo antes de dedicarle a su hija una tierna sonrisa y acariciarle la mejilla. —Ya te expliqué que se ha abolido la esclavitud. Es por eso, dulce princesita, que no podrás llevarte ...
    ... a tu esclava – ante la cara de decepción de su hija, Camila, la esposa de Hesed y madre de Melissa, intervino –: pero no sufras amor mío, en la residencia para señoritas en la que vivirás tendrás una criada para ti. No será lo mismo que tener a tu Hattie pero al menos estarás servida. Melissa pareció desmoronarse. Se sentó en el sofá junto a su madre que la acogió con ternura mientras hacía señas a una esclava para que se acercara. voló con el corazón en un puño como siempre les sucedía a los esclavos cuando uno de los amos los llamaba. ―¡Abanica a la señorita Melissa , idiota…! que no ves que ha sufrido un vaído? —Sí señora ama, ahora mismo señora ama. En la linda cabecita de la joven Melissa no cabía que hubiera gente que no tuvieran esclavos ¿Cómo se lo hacían para vivir sin esclavos?, Y cómo haría ella sin su Hattie. Dieciséis años dependiendo prácticamente de su esclava como para pasarse de repente largos períodos durante dos o tres años sin su servil asistencia. —Has de ser fuerte, hijita, pero verás como hay vida sin Hattie. Como te he dicho ya hemos contratado una criada que te servirá en tu estancia en carolina ―¡Oh, mami, pero eso no será lo mismo! – lloriqueó Melissa – a Hattie no tengo siquiera que ordenarle nada, ella ya sabe lo que deseo casi siempre en todo momento. Y claro, a esa criada que me vais a poner no la podré pegar, ni siquiera castigar… cómo haré para que me obedezca? —Claro que te obedecerá. Es una criada, es su trabajo. Para eso cobra, poco, pero ...
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