1. Déjame ser yo


    Fecha: 26/07/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: wastedLalo, Fuente: SexoSinTabues

    ... cobra. Y siempre puedes castigarla moderadamente, a los patronos, No será lo mismo que aquí, eso es evidente, pero seguro que estarás bien asistida. Además, entre las clases y las más que seguras relaciones de amistad con los chicos y chicas que estudien en tu universidad seguro que pasas poco tiempo en la residencia. Vamos hijita, valor, sé fuerte. Sólo será un par de años, tres a lo sumo, y también pasarás en casa tus vacaciones, que son bastantes por cierto, y después volverás aquí a tu hogar. El discurso de su madre tuvo la virtud de sosegar un poco a Melissa antes de su marcha. En los dos años lejos de casa había conocido multitud de muchachos, estudiantes en diferentes colegios mayores o «majors» de la universidad de carolina y había disfrutado muchísimo siendo una de las más cotizadas piezas femeninas de esos señoritos hijos de buenas familias traficantes . . En el tercer y último año de sus estudios Melissa había conocido a Gamaliel. Sabía que llevaba al muchacho de cabeza tras sus andares y eso la hacía mostrarse más coqueta que con los demás. Por otra parte Gama era un chico apuesto, educado, de buena familia Después de salir con él, y con otros amigos y amigas, un par o tres de domingos en los que fueron juntos a fiestas y a otro tipo de reuniones banales Gamaliel se decidió a cortejar decididamente a la altiva belleza sureña. Cada día, al terminar las clases corría como un loco para llegar a tiempo de ver salir de clase a la que él quería que en un próximo ...
    ... futuro fuese su esposa. ―Señorita Melissa, buenas tardes, me permite que la acompañe hasta su residencia? – le decía Gama haciendo dar vueltas a su sombrero entre sus manos y enrojeciendo por la tensión y la angustia de que la hermosa belleza sureña decidiera desestimar su petición, o lo que era peor aún, que decidiera ignorarle. Eso fue lo que ocurrió durante los diez primeros días: Melissa lo miraba de arriba a bajo con aire de extremada superioridad y le negaba la autorización que le suplicaba. Gamaliel marchaba con la cola entre las piernas. Incluso uno de los días fue a verla llevando un ramo de flores pero la respuesta de la altiva Melissa fue la misma: no, pero un no coqueto, un no que escondía un tal vez, o un quizá, o lo más interesante, un futuro sí. Gama se vio impulsado a mantener su estrategia porque si la hermosa beldad sureña no quisiera seguir el juego a buen seguro que se lo haría saber de manera clara y lo cierto es que sus negativas eran un «sigue intentándolo muchacho, vas por el buen camino». Melissa se decía que si aquel apuesto muchacho realmente estaba interesado por ella insistiría. Si después de un «no» o de unos primeros «no» por respuesta abandonaba querría decir que sus convicciones no eran demasiado firmes. Por otro lado a Melissa le gustaba aquel apuesto aunque tímido muchacho en el que inicialmente no había reparado porque por su apocado carácter destacaba más bien poco en las fiestas y reuniones en las que habían coincidido. Viendo que el muchacho ...
«1234...20»