Infidelidad con sabor a adrenalina - Relatos Eróticos

Infidelidad con sabor a adrenalina

... notaba que estaba orgulloso de su masculinidad porque antes de acercarse a mi, la sostuvo con una mano dejando que la admirara.

Sin mayor dilación, me quité el pantaloncillo con todo y bragas, él se acercó a mi y me llevó hasta el tocador, me sentó encima, abrió mis piernas, puso su instrumento en la entrada de mi vagina y la empujó poco a poco, sin dejar de observarme, yo quería sentirla toda dentro, pero en esa posición no podía moverme, así que me limité a sentir, de pronto la metió toda de golpe, haciéndome gritar, la mantuvo dentro sin mover, su verga se movía sola, empezó a mover, sacando y metiendo poco a poco, muy lento, muy rico, me vine sin que él dejara de mover, cerré los ojos, disfrutando al máximo y volví a venirme, no se cuanto tiempo pasó cuando se salió de mi, ayudándome a bajar, lo cual agradecí porque ya estaba sintiendo el rigor del tocador en mis nalgas, me llevó a la cama, se tumbó en ella y me invitó a echarme encima de él.

Me senté encima, tomé su verga y me la coloqué en la entrada metiéndola poco a poco, cabalgué un rato así sin que el se viniera ni una sola vez, me tumbé en su pecho pidiéndole que moviera, me puso las manos en las nalgas y empezó a mover, era muy rico lo que estaba sintiendo, toda su verga dentro de mi y sus manos recorriendo mis nalgas, apretándolas, acariciándolas, sentí uno de sus dedos en la entrada de mi culo, oprimiéndolo, hasta que lo metió, fue el éxtasis, me volví a venir, arreció su movimiento y me perdí, cerré los ...

... ojos y sentí su descarga dentro de mi, fuerte, potente, apreté mi vagina y me vine también, seguía dentro de mi, su verga se movía sola dentro, su dedo entraba y salía de mi culo, sentí que me iba a venir otra vez, empecé a mover y lo logré, me tumbé en su pecho, la respiración agitada, su verga se salió sola, sus manos seguían acariciando mis nalgas y de cuando en cuando metía un dedo en mi culo haciéndome dar un saltito, no quería que se terminara.

Sentí que su verga volvió a responder, bajé una mano para meterla de nuevo pero él me lo impidió, con un leve empujón hizo que me acostara a un lado, de costado empezó a besarme, sus manos aprisionaron un pecho, jugó con él, con mi pezón, mi excitación no disminuía, yo quería sentirlo dentro otra vez, tomé su verga, la acaricié, la aprete, jugué con ella, la sentía poderosa, la quería otra vez.

De pronto se levantó, admiré su verga completamente erecta, fue hacia el tocador y volvió con un tubo de lubricante, me lo mostró con una sonrisa, levantando las cejas, entendí lo que quería, me senté en la cama, tomé su verga con una mano y la metí en mi boca, estaba inmensa, sabía a él y a mi, un buen rato la tuve así, la saqué, le quité el lubricante y se lo puse, recorriéndola toda, me hinqué en la orilla de la cama pensando que no era posible que todo eso pudiera entrar.

Sentí el frio del gel cayendo en mi culo, su dedo frotando el ano y después un dedo dentro, luego dos, puse mi pecho en la cama y coloqué una mano en mi coño, ...