Infidelidad con sabor a adrenalina
Fecha: 20/04/2022,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Anónimo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... empecé a jugar con el clítoris, tanto para excitarme como para prepararme a recibir ese monstruo.
Sentí su verga en la entrada del culo, abrí lo más que podía sin dejar de jugar con el clítoris, entró un poco, puso sus manos en mis nalgas para abrirla más y siguió metiéndola, a cada empellón yo respondía con un quejido ahogado, siguió empujando hasta que entró toda, sentía que me moría, tanto del placer como del dolor, aunque ya lo había hecho algunas veces de esa manera, nunca con alguien con una verga de ese calibre.
Empezó a moverse lentamente, sin sacarla del todo, de pronto sentí que la sacó toda y la volvió a meter de un golpe y nuevamente dentro muy lentamente, de pronto otra vez fuera, lo hizo varias veces, era un placer tremendo, arreció el movimiento, me vine, esta vez muy fuerte, mis fluidos mojaron la cama, él no dejó de mover, sentía que mis esfínter apretaba su verga lo que nos daba más placer a los dos.
Después de un buen reto y un orgasmo más, se vino dentro de mi, sentí el calor de su semen y varios empellones para vaciarse, se quedó quieto, sin moverse, su verga empezó a empequeñecerse hasta que salió sola, me tumbé en la cama para recuperarme del esfuerzo y del dolor, se sentó a un lado acariciando mis nalgas, yo podía seguir cogiendo pero Arturo estaba en mi habitación, así que me incorporé, recogí mi ropa y fui al baño.
Me lavé el coño y el culo, ...
... me puse agua en la cara, recogí mi cabello, me vestí y revisé que no hubiera rastro alguno de lo que había hecho, revisé mi reloj y me percaté que hacía más de cuatro horas que había dejado a Arturo.
Salí del baño, Sergio estaba desnudo, tumbado en la cama, tocándose la verga que estaba respondiendo, me vio, me sonrió, levantó las cejas, mostrándome lo que tenía en la mano y le dije, “no, ya no, mi esposo está en mi cuarto y ya es muy tarde, me tengo que ir”, “qué lástima, bueno, despídete de ella”, me incliné un poco y le di un beso en la punta, sentí su mano en la pierna que empezó a subir a mis nalgas, me incorporé porque sabía que volvería a hacerlo y le dije “no, en serio, ya no, tengo que irme”, me saqué el pantaloncillo de las nalgas y me dirigí a la puerta, “adios”.
Llegué a mi habitación, abrí la puerta, Arturo ya estaba dormido, la tv encendida, entre al baño, me lavé los dientes y la cara, cambié mi ropa interior, me puse el pijama y me metí a la cama.
Cuando desperté, Arturo se estaba bañando, así que me metí a la ducha con él y después de juguetear un rato, me voltee, me agache un poco y dejé que me lo hiciera, nos venimos juntos, salimos, nos vestimos, bajamos a desayunar y me dirigí al curso.
Al fondo estaba Sergio viéndome con una mirada cómplice. Ese día concluyó el curso, después de la comida Arturo y yo salimos del hotel y no he vuelto a ver a Sergio.