-
Primo Bully, parte 1 (corregida)
Fecha: 21/04/2022, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Lolito41, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... a veces cuando me masturbaba viendo una revista o una película, me sorprendía a mí mismo imaginando y deseando ser la mujer a la que le estaban metiendo la verga o ser la mujer que estaba mamando un pene y tragándose el semen. En fin, ahí estaba, pero sólo era deseo e imaginación. Nunca había tenido el mínimo acercamiento con un hombre. En resumen, como sucede a los 16 años, era una olla de presión sexual que sólo esperaba el estímulo adecuado para estallar. - - o - - Mi primo Toño era un muchacho deportista, de buen cuerpo, mucho más desarrollado que el mío y un poco más alto. De otra forma no habría podido abusar como lo hacía. No nos habíamos visto por poco más de dos años. La última vez, yo era todavía un niño por completo y mi primo Tony, que ya había comenzado a desarrollarse, era el clásico gandallita que abusaba de su fuerza y de su tamaño. Cuando estaba de buenas, podíamos jugar muy bien, muy padre y durante mucho tiempo, pero cuando se le metía lo chingativo, en verdad era de huírle porque podía llegar, como ya lo había hecho varias veces, a hacerme llorar de la impotencia y/o de los golpes que me daba si andaba con el humor golpeador. A pesar de esto, me la podía pasar muy bien con ellos y era mucho mejor que quedarme de apestado en casa. Cuando llegué a su casa a todos les dio mucho gusto, incluso a Toño, y me saludaron con mucho cariño. Al saludar a Toño hubo, ya me lo esperaba, apretón de manos, abrazo y zape: - ¿Cómo estás putito? -en ...
... voz baja. Entonces mi tía dijo: - Bueno muchachos, vayan a que Andresito reconozca la casa y en un rato los llamo para mostrarte -dirigiéndose a mí- tu cama y dónde puedes guardar tus cosas. Fue como el típico “rompan filas” de la escuela y todos fueron a diferentes lugares a hacer sus cosas. Toño se aseguró de quedarse conmigo. - Ven conmigo Andrea -así me decía de repente para molestar-, te voy a mostrar mi cuarto. Comenzamos a caminar hacia adentro de la casa y cuando habíamos quedado solos él y yo, me pasó el brazo por la espalda y me tomó con fuerza del hombro. Luego vinieron un par de maniobras que nunca había hecho y que la verdad me confundieron un poco, mi primo había cambiado: bajó su brazo para tomarme por la cintura, también con fuerza, manteniéndome bien pegado a él, y luego bajó su mano de la cintura a mis nalgas, alternando su mano de una nalga a la otra, también con fuerza y metiendo sus dedos en mi raya. No sabía qué pensar ni cómo reaccionar porque en realidad no me molestaba, incluso pudiera ser que de alguna manera no muy clara me estuviera gustando y simplemente lo dejé hacer. Me condujo a la entrada del sótano y me dijo que bajara, yo por delante y él atrás de mí. Fue encendiendo las luces mientras bajábamos y se fue revelando un espacio padrísimo, muy bien acondicionado, con una cama king size, un aparato para levantar pesas, una batería, libreros, TV, videocassettera, estéreo, y otras cosas. Cuando habíamos terminado de bajar, me ...