-
Primo Bully, parte 1 (corregida)
Fecha: 21/04/2022, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Lolito41, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... paré en el centro de la habitación y no dejaba de decir toda clase de exclamaciones de admiración y gusto por su sótano. No estaba acostumbrado, en México no teníamos sótanos. En eso estaba cuando Tony se acercó por detrás mío, me tomó con un brazo rodeando mi cuello y con el otro rodeando mi cintura. No estaba ahorcándome, pero me apretaba lo suficiente para casi inmovilizarme y poderse pegar fuertemente a mi espalda y a mi trasero. Yo no me resistí, nuevamente lo dejé hacer, y pude sentir claramente su miembro bien erecto acomodándose en mi raya -ambos vestíamos con short bastante holgado hecho de una tela que se estiraba-. Y otra vez me sorprendí disfrutando la sensación, aunque de una manera un tanto confusa, de esa verga tallándose contra mi raya, de arriba a abajo, apuntando hacia arriba por momentos, y hacia abajo también, intentando meterse entre mis piernas. Era la primera vez que podía sentir con parte alguna de mi cuerpo una verga bien parada, y tengo que reconocer que me estaba gustando. Era una sensación nueva y extraña, pero también excitante y prohibida. Mi corazón latía aceleradamente. Habían pasado unos cuantos segundos apenas de estar sintiendo pasivamente el pene de Tony restregándose en mi raya cuando, totalmente sin intención, sin pensarlo, mi trasero comenzó a moverse discretamente al compás de las arremetidas de Tony, empujando mis nalgas hacia atrás cuando él empujada hacia adelante. - ¡Ah, pinche putito! ¿Te gusta verdad? Te está gustando ...
... sentir mi verga en tu culo, ¿verdad? Te gusta la verga, ¿verdad putita Andrea? Y claro que me estaba gustando, ya tenía consciencia de ello, pero no podía decirle que sí. Lo que hice fue zafarme con fuerza de la situación y enfrentarlo: - ¡Estás bien pendejo Toño! El único putito aquí eres tú. Acto seguido, me dio la vuelta y me tomó de nuevo como me tenía, pero porque lo dejé. Ja ja. Sí, lo dejé porque sin pensarlo sólo quería sentir de nuevo su miembro en mi trasero. Esa es la verdad. No pensaba en nada más, como en qué seguiría o hacia dónde nos llevaría la situación. Pero esta vez hubo un cambio; para demostrar su superioridad física, me empujó llevándome hacia la cama, me aventó boca abajo y sin darme tiempo de reaccionar, me cayó encima, abrió mis piernas con las suyas y retomó sus embestidas. Yo no me resistía, por el contrario, cada vez me acomodaba para recibirlo mejor parando mi trasero. Si hubiéramos estado desnudos, sin duda me la hubiera metido. Fueron tal vez unas seis o siete embestidas cuando bajó la intensidad y se acercó a mi oído para decirme: - ¿Qué tal putito, te está gustando? Yo sé que sí. Se te nota y vete acostumbrando porque vas a ser mi putita este verano, mi putita Andrea, ¿te gusta Andrea? Hizo una pausa. - Ya te dije Andrea, vete acostumbrando porque te voy a dar verga todos los días hasta que me ruegues que te dé más. Yo pujaba y jadeaba y gemía, supuestamente porque tenía encima a este pendejo, era la coartada perfecta, ...