Seducción - Relatos Eróticos

Seducción

... sostén para dormir, pero en esta ocasión se  lo puso, tratando de sentirse más protegida.

Las siguientes dos noches, ella muy al pendiente, sin tener alguna novedad. A la tercer noche, cuando estaba a punto de que el sueño la venciera, de reojo notó algo que se movía.
El Cencuate llegó a reclamar su dotación.
Irene nerviosa instintivamente se movió al sentir su proximidad, ocasionando que la serpiente se detuviera.
Ella se sentó sobre la cama, esperando su reacción.
El encuentro tomaría tintes diferentes. Al sentirse observado 
se levantó sobre su cuerpo en la penumbra de la noche, viéndola fijamente sin ningún temor, sabía 
que tenía esa presa a su merced, Se acercó lentamente si dejar de observarla.
Ella inmóvil, estática, paralizada, completamente indefensa.
Avanzó subiendo por su entrepierna rozando su monte púbico, cosa que le erizó la piel, comenzó a temblar, al sentir ese contacto tan suave que la hacía estremecerse.
Se detuvo al llegar a uno de sus pezones, cubierto por el sostén.
Inevitablemente sucedería lo que temía que ocurriría;... ser mamada!
Atrevidamente, sin ninguna contemplación, se pegó a una de sus mamas sobre la tela del sostén,  succionando sin recato.
Irene, no daba crédito del descaro del animal, a la vez que sentía una especie de morbo, al sentirse requerida para ser usada como una especie de nodriza; Sabiendo de las intenciones del sencuate, que solo buscaba mamarla, le ocasionaba una excitación que la llevó a entregársele sin ...

... limitaciones; Lentamente movió sus manos hacia atrás, para retirar el clip del sostén, éste al quedar desenganchado, facilitó el acceso directo a el pezón solicitado, que ya se encontraba bien parado soltando chorlitos de leche, que eran engullidos ávidamente, de una forma succionante, como si de un imán se tratase.

No podía dar crédito a lo que estaba haciendo, entregarse de esa forma tan dócil, cooperando para que sea mamada, baya! Que lo deseaba, muy en su interior lo anhelaba!....
A cada momento la excitación aumentaba, más aún al ver como la mandíbula del animal se destrabó para engullir parte del seno, pudiendo sentir como en lo abarcado, infinidad de contracciones cooperaban  para succionar el preciado líquido hacia él.

Los impulsos eléctricos no se hicieron esperar en su vulva, que comenzó a producir líquido lubricante en abundancia, llevándola a un estado de excitación total, pequeños quejidos de placer escapaban involuntariamente de su boca, La sensación que estaba experimentado estaba más allá de todo análisis. No podía establecer términos comparativos, porque a ella le invadía la sensación de estar penetrando en un universo absolutamente nuevo. Sabía que había logrado una forma muy salvaje y primaria de comunicación 

Casi por obligación, sus dedos llegaron a su clítoris, para comenzar a realizar la faena requerida que su cuerpo le exigía, la cual no tardó en llegar, desencadenando una serie de contracciones orgásmicas que la llevaron a tener un gran ...