Seducción - Relatos Eróticos

Seducción

... placer!!!
Sí, sííi, se había corrido!, producto de aquella gran mamada que le estaban propinando.

El cencuate, al agotar la mama, procedió a dar cuenta de la otra, que ya lo esperaba soltando pequeñas gotitas de leche, Irene con gran dedicación, se ofreció ayudando con su mano para facilitar   el acople, que de igual forma fue requerido para soltar su Preciado líquido.
Ella muy cooperativa, por que sabía que sentiría esa excitación.
En ese momento no le importaba nada, estaba entregada completamente a su castigador!, que la empezó a encender nuevamente, necesitaba más, se tocaba buscando sentirlo otra vez, su mente completamente nublada por alcanzar ese Preciado gozo, que hacía que acelerara su ritmo de contacto, que volvió a llegar de una forma delirante!: Haaaggg!! Síííí síí!
haaagg!! En voz baja, lo más despacio que podía, reprimiendo esas ganas de locas de gritarlo! 
Su cuerpo había alcanzado nuevamente esa corrida a travez de
De la excitación provocada por su ordeñador!; que seguía en su cometido succionando sin parar.
Llegó el momento en que se sació, ya que por fortuna, Ella producía abundante leche.
La serpiente al sentirse satisfecha, solamente dió media vuelta y se marchó.

Irene quedó complacida, agotada con una sensación desconcertante, al hacer ese tipo de contacto más allá de su entendimiento, sin que ella lo provocara, se lograron conjuntar los factores que determinaron el acontecer de las cosas.

Las visitas del Sencuate se prolongarían por un ...

... tiempo más, en el que Irene lo recibía gustosa, había aprendido a tener confianza y familiaridad con el animal, ambos obtenían beneficios, él su leche, ella que la descargaran por los dos lados!, además había algo que la hacía sentirse diferente, con más vitalidad, como que si le inyectaran energía en esas sesiones!.

Hasta Jacinto, sin sospechar la forma que a su mujer la ordeñaban, le comentaba que le había sentado muy bien, eso de ser mamá, se veía radiante!. 
Él la seguía ocupando regularmente para después irse a dormir a otro cuarto, sin saber qué más tarde, ella en ocaciones recibía visita para que la descargaran!.

Poco después de dos meses, ella volvió a quedar preñada, claro! De Jacinto, quien al saberlo se alegró.

El sencuate, un día dejó de ir a sus acostumbradas visitas mamatorias, algo le ocurrió.......
Irene, al pasar los días lo esperó sin ninguna respuesta, ya no regresó....
Cosa fortuita, ya que su rendimiento comenzó a declinar día con día, por tal motivo dejó de alimentar a los cachorros, que le dejaron sus pezones como si fueran limas,.......pero de las chichonas, le alcanzaban a colgar un poquito.
Ella seguía añorando y deseando esa forma en que el reptil le succionaba sus pechos, tal vez por el morbo de sentir como puede presentarse esa situación,fuera de toda razón, que a la vez la excitaba de una manara no conocida.......

Al transcurrir los días, en las ocaciones que hacía el amor con Jacinto, le ofreció sus pezones para que éste se los ...