Vanessa, la mujer que logré hacer a mi gusto - Relatos Eróticos

Vanessa, la mujer que logré hacer a mi gusto

... meterla en su boca. Lo puse a mamar hasta que sola comenzó a hacerlo sin presiones. Con forme se relajaba mejor lo hacía y yo .as placer sentía.
Me separé de ella y le retire por completo blusa y falda, le acomode el calzón y corpiño y me coloque en medio de sus piernas, a las le levanté para colocarlas sobre mis hombros. 

-No por favor, no. Tengo miedo, no quiero hacerlo.

-Tranquila mi reina, tranquila, nada malo te va a pasar, yo sé que lo vas a disfrutar, solo relájate. Le descubrí el amo haciendo a un lado el calzón y se lo ensalive, mi verga aún estaba lleno de su saliva por la reciente mamada que me había hecho, le tome de las muñecas y las sujete fuertemente contra el colchón inmovilizandola. Le coloque la punta dei verga en la entra de su culo y empecé a empujar mi cuerpo queriendo metérsela, se resistía y apretaba culo y nalgas haciendo más difícil la penetración. Me suplicaba llorando que no siguiera pero no hice caso, así como estaba me.incline a besar sus labios 

- ¿Ya no confías en mí chiquita? Me.encantas y lo que menos quiero es hacerte daño, dame la oportunidad de hacerte sentir una mujer plena. 

- Si pero tengo miedo, y ya.poco soy una mujer y tú eres todo un hombre y no tengo clítoris, es mi pene y mis testículos no son labios vaginales.

- Para mí si lo son, tu eres mi niña u será mi mujercita, solo los porque nadie te podrá un trato como mal más que yo.  Y bese sus labios, me correspondió de nuevo y le dije.- Lo ves, yo también te gustó ...

... y me correspondes como una mujer a su hombre, tranquila mi amor, yo trataré de que tu dolor se convierta en placer, no quiero lastimarte, quiero hacerte gozar y se que lo lograré.

Por toda respuesta me dio un beso largo metiendo su lengua en mi boca de nueva cuenta intenté metérsela en el culo y lanzó.un grito, le bese los labios y le decía que no apretara, para que no la lastimara, al contrario, que hiciera el intento de pujar como si quisiera tirarse un pedo. Se sonrojó pero empezó a poner en práctica lo que le dije, su ano empezó a abrirse y yo a entrar en el despacio,  me decía que despacio porque le dolía pero miraba su cara y tenía una mezcla de muecas de dolor y placer, una vez que le dejé la cabeza dentro me detuve un poco para besarla y decirle que me gustaba mucho, que a partir de ese instante sería solo mía, de nadie más, al ser yo el dueño de su virginidad. Me besó con pasión y me dijo con voz entrecortada, 

- Si mi amor, solo tuya, seré tu mujer siempre que me lo pidas, solo tuya, tuya, al estar diciéndole esto yo había empezado a meter y sacar despacio mi verga, en cada movimiento me introducía más en ella hasta quedar totalmente unidos.

-Lo ves mi niña, ya eres mía toda tu, y me.sonrio entre esos gestos de dolor y placer, empecé a entrar salir despacio en ella, poco a poco fue dando más intensidad hasta que lo hice con furia, el choque de nuestros  cuerpos se escuchaba retumbar en el cuarto, poco a poco sus gemidos se convirtieron en gritos pidiendo ...