Angie 1
Fecha: 03/05/2022,
Categorías:
Primera Vez
Tus Relatos
Autor: Darkghostwritte, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... encantó a la nena ya que lo hacía con respeto e iba en la mísma línea de estar orgullosa de su cuerpo, por ende se dejó llevar y tomó su comentario como halago, sin saber que se enredaba en una red de morbosidad y perversión.
Pues claro mi niña, si mírese nada más, usted está tremenda por donde se le mire, tiene todo grande…
Las palabras del vejete le hicieron sentir cositas en todo su cuerpecito, antiguamente se hubiese indignado, pero le encantaba lo sincero y directo que estaba siendo, opinando con respeto, admiración y morbo, aquella melodía la llevó a seguir ese peligroso camino hacia su propia perversión, que antes había iniciado junto a los señores obreros.
Ay don Felino ya le dije que no me dijera esas cosas…girándose hacía el mueble de cocina producto de todas las emociones y sensaciones que le estaba haciendo sentir ese hombre, tampoco entendía cómo había permitido que la conversación llegará tan lejos, a pesar de todos sus cuestionamientos y la tremenda vergüenza que sentía, paró sutilmente las nalgas.
Es la pura verdad, un cuerpo tan perfecto como el suyo no puede esconderse, al contrario, la belleza está para mostrarse, como lo hizo hoy, es cosa de costumbre, porque es imposible que la miren y le hagan comentarios, seguro le dijeron muchas cosas con esas calzas…
La verdad sí… dijo muy apenada la excitada jovencita del solo hecho de recordar todos los momentos que había vivido, sintiendo una calentura que le estaba haciendo perder la ...
... razón, la conchita le palpitaba como si tuviese vida propia cuando sintió al vejete acercarse por la retaguardia.
Uhm cómo no hacerlo.. si pareciera que vas a reventar las calzas de lo culona que estas…
¡Don Felino!!, ¡qué cosas dice por favor, contrólese un poco! - increpó con una voz cargada de inocencia, mirándose ella misma las pompis, parando aún más el culo con la intención de verse mejor, no sabía qué le pasaba, era como si estuviera embriagada por el morbo de sentirse deseada por hombres como don Felino y los mismos obreros, que la incitaban a comportarse de otra manera, haciendo cosas que nunca había hecho, cómo estar parando sus enormes nalgas de manera tan provocativa, sabiendo que aquello enardecía el libido de viejos lujuriosos como lo era el pervertido conserje.
La respiración del maduro se comenzó a entrecortar, era irreal estar viviendo algo así, estaba tan nervioso que sentía que no podía controlarse, menos aún teniendo a tan voluptuosa muchacha que le estaba parando esas tremendas nalgotas a escasos centímetros para su total admiración, no aguanto más tanta provocación y dio un paso al frente posando sus viejas manos sobre la estrecha cinturita de la nena.
¡Aaaaah! ¡uhm don Felino!, ¿qué hace?..., se le escapó un tierno y sensual suspiro, casi desfalleciendo de placer al sentir el tacto de esas grandes manos apoderándose con propiedad de su estrecha cintura, aquel contacto fue una descarga de eléctrica de placer hacía todo su cuerpo, para ...