1. Pillados mientras estaba agarrando una polla


    Fecha: 25/07/2017, Categorías: Masturbación Autor: Junia, Fuente: SexoSinTabues

    Hola. Vengo a contar mi narración. Me he pasado un buen rato retocando este relato para que se entienda bien. Espero que así sea. Se trata de recuerdos de cuando era pequeña. Viendo algunos relatos que cuentan cosas parecidas, me parece que estos casos han sido más frecuentes de lo que se pueda pensar. Y es que, es en casa donde aprendemos las primeras cosas, cuando se tiene menos timidez. Recuerdo unos bailes que hacía desnuda con mis amigas cuando era pequeña y que nos hacía gracia (la excitación no llegaba a lo sexual), y los chicos nos miraban y se reían. Todos estábamos riendo, pero las únicas desnudas eran mis amigas, y alguna vez algún amigo de mi edad: o sea, dos, tres, cuatro niños desnudos jugando al corro de la patata, enseñando el culo. 7, 8 años, culitos pequeños, pitilín pequeño (del niño que también bailaba desnudo), y los mayores no se desnudaban (los mayores, mi hermano, sus amigos, 14, 15 años). Pero pasan esos años, y se acabaron esos bailes. El pudor va creciendo según la edad y ya no estamos para tonterías. Aquí vengo a narrar mi primera visión y contacto con pene adulto, ya no pitilín o pilila infantil. Y se trata del de mi hermano, el que tenía más cercano. Pues yo tendría 10 años, y entonces mi hermano tendría 7 más, o sea, 17 (no recuerdo bien el año. Si yo tuviera 11 años, mi hermano tendría 18. Me suena más con yo 10 y él 17). ¿No le había visto yo desnudo a mi hermano?. No, no por delante. Está siempre la situación sorpresa de que me pillen o ...
    ... pillar yo a alguien en el cuarto de baño, o saliendo con una toalla, etc. Si entro al cuarto de baño y hay alguien desnudo haciendo sus cosas o duchándose, pues se suele tapar y yo darme la vuelta. Así que, nunca le vi su delantera. Pero, un día de verano en que él estaba solo y yo entraba en casa, fui al cuarto de baño, abrí la puerta, y me le encuentro sentado en la taza del wáter, y asomando entre sus piernas un grueso palo carnoso. No se estaba pajeando compulsivamente, sino solo acariciando sus huevos. Me quedé un poco paralizada, porque quería ver más. O sea, que no me volví. Y ese palo gordo de carne no podía esconderse, así que mi hermano me tuvo que llamar la atención: Juan Carlos (nombre de mi hermano): No sabía que habías venido. ¿Quieres cerrar la puerta? Y yo, desafiando, no me iba. Tampoco sabía que decir salvo echar una risitas. Mi hermano no sabía muy bien qué hacer: Juan Carlos: Como no te vayas, te voy a dar un pollazo. Y yo, como no me iba, pues se levanta serio y me va a echar, pensaba…, pero agarró su polla y me fue a dar varios pollazos, como me había advertido, esperando que a mi me diera nervios o asco y saliera corriendo, pero como yo no me esperaba eso, pues me sacudió su polla 3 o 4 veces en el brazo. En vista de su fracaso de que yo me fuera, ya se lo tomó con filosofía, y como estaba excitado me dijo Juan Carlos: Pues por no irte, ahora me la vas a agarrar. Y, como yo no me iba ni decía que no, pues pasamos otra vez al fondo del baño. Se volvió a ...
«1234»