1. Pillados mientras estaba agarrando una polla


    Fecha: 25/07/2017, Categorías: Masturbación Autor: Junia, Fuente: SexoSinTabues

    ... sentar en la taza del wáter y me agarro mi mano. Juan Carlos: Si no te vas es porque quieres agarrarla, ¿no?. Pues a ver qué te parece: agárrala bien. Fue entonces cuando agarré el primer pene adulto y casi erecto. Estaba gordo…, pero todavía creció más cuando lo agarré y subió para arriba. Pues todo eran risitas, tanto mías como las de él. Me fue explicando como agarrarla bien, subía y bajaba mi mano, con ese glande rosita que brillaba como un globo y reflejaba la luz cuando más hinchado estaba. No estuvimos mucho tiempo, pero la situación era un poco delicada pues yo sabía que mi madre venía a continuación de mí y que en unos minutos estaría en casa. Bueno, tampoco iba a estar mucho tiempo agarrando la polla a mi hermano: solo ver que, a pesar de lo ancha que era, todavía podía crecer más. Nos olvidamos del riesgo de que viniera nuestra madre, y ésta vino, pues estuve como 5 minutos subiendo mi mano y bajando. De vez en cuando paraba de tocarle y me respondía a algunas preguntas que le hacía (no me acuerdo que le decía, algo relacionado con su polla o sus huevos). El caso es que, sorpresivamente, entra mi madre en el lavabo a recoger unos trapos, y nos pilla a mi hermano desnudo sentado y a mi al lado con mi mano agarrando su polla. Por supuesto que la solté deprisa, puse cara de póker y pensé, “Tierra trágame”. Mi madre lo vio todo y no sé qué cara pondría al principio, si de sorpresa o qué, porque yo no quise mirarla, jaja. Pero nos dijo que nos preparásemos para la ...
    ... comida (era la hora de comer, y en un cuarto de hora o 10 minutos estaría la sopa ya servida). Viendo la serenidad de mi hermano, pensé que tenía sangre de horchata. Ahí acabó la primera sesión de polla en mi mano y yo estaba con la cabeza gacha. Al rato, me senté en la mesa esperando la sopa… y veo que aparece mi hermano como si no hubiera pasado nada. Parecía que no había pasado nada, hablábamos entre todos en la mesa, y ni mención a lo ocurrido en el lavabo. Luego pude comprobar que es que mi madre había pillado a mi hermano pajeándose alguna vez, así que ella tenía asumidas esas visiones por sorpresa…, y mi hermano también. El caso es que, esa tarde, le comenté a mi hermano que mamá no nos había dicho nada y que parecía que no era para tanto. Y mi hermano entonces me comentó que esa noche acabásemos lo que había empezado, o sea, que quería que siguiera sobándole la polla. Ok. Llega la noche, voy a su habitación, y le pillo con los bóxer puestos. Juan Carlos: Ah, ya estás aquí. ¿Empezamos? Yo: Sí Y cierra la puerta de su habitación, se baja los bóxer y aparece de nuevo su pene y testículos colgando. No está morcillón ni erecto como por la mañana, pero sigue siendo un buen pene. Me toca agarrar la polla y bajar el prepucio para que asome el capullo, y como un animal vivo, el pene empieza a crecer y a palpitar. Como si fuera un pájaro que se mueve en tu mano, así era su pene según empezaba a crecer. Sube y baja, al final el globo del glande se hincha a tope, el ancho del pene ...