Pillados mientras estaba agarrando una polla
Fecha: 25/07/2017,
Categorías:
Masturbación
Autor: Junia, Fuente: SexoSinTabues
... aparece en todo su esplendor y dale que te dale. Ya tenía todo explicado de la leche de sus huevos y esas cosa, pues la explicación me la había adelantado. Una cosa es lo más básico que aprendes en el colegio, las habladurías de clase con sus fanfarronadas de otros chicos, y otra el verlo in situ, el ver lo duro y tirante que se pone el pene y al final la cascada de crema que empieza a rebosar mojando mi mano, para luego salir dos, tres, o cuatro geiseres de semen lanzados al espacio (o sea, a mi que estaba enfrente). Ya tenía yo para mi la primera eyaculación vista, con todo su poderío. Todo mi camisón con churretes de semen que me daba como nosequé… Cogió mi hermano pañuelos de papel y me limpió quitándome lo gordo de la crema que tenía en el camisón, aunque siempre queda algo. Y también limpió los charquitos que había en el suelo. Se acabó el espectáculo. Pero no acabaron las sesiones de polla. Fue un verano muy caliente y mi hermano me pedía de vez en cuando si yo quería vaciarle los huevos. Con mucha delicadeza, lo dejaba a mi elección, y yo elegía que sí. Mañana, tarde o noche, no siempre a la misma hora. Pero, otra vez hubo pillada por parte de mi madre. Buffff. Es que las madres se meten en la habitación de cualquiera como si fuera su casa, jajaja. Pues eso, con mi hermano recostado en su cama, y yo al lado agarrando el mástil de carne que tiene por polla, subía y bajaba mi mano por ese pollón, subía y bajaba con emoción, mientras los huevos bailoteaban (bonita ...
... vista), y entonces, otra vez interrumpe mi madre la sesión, y todo para preguntar no se qué tontería. ¿A qué hora echan tal cosa?, o ¿a qué hora hay que estar en tal sitio?. Ni me acuerdo, pero como yo estaba lanzada con el sube y baja, mi madre vio como yo sacudía la polla de mi hermano y su hijo durante un par de segundos, suficiente como para que ella mirase bien como bailaban los huevos, como subía y bajaba mi mano sobre la piel del pene, como brillaba el glande. Lo vió todo. Tras ese par de segundos, yo dejé de pajear, pero seguía con mi mano agarrada a la polla. Y al rato, porque mi madre seguía preguntando, dejé de agarrar la polla que entonces apareció en todo su esplendor erecto mientras mi hermano contestaba balbuciendo las preguntas de la hora de no se qué que preguntaba mi madre. Luego lo he pensado: mi madre ya había visto a mi hermano pajearse, seguro…, y seguro que ya ni se retiraba al pillarlo, y seguro que hasta le gustaba ver esa polla erecta tan tiesa y esos huevos tan gordos colgando. No sé, pero seguro que disfrutó de la visión. Otra vez no volvió a pasar nada, así que, según salía mi madre, volví a agarrar la polla que seguía más dura que el hierro, y volví a subir y bajar, hasta que empezó a supurar crema y luego a lanzar chorros que cayeron en el pecho y hasta la cabeza de mi hermano. La verdad es que tenía un buen almacén de semen porque sus corridas siempre eran abundantes. Y, ya está. Mientras duró el verano, duraron las pajas que hice a mi hermano. Con ...