1. La luna de Hokkaido


    Fecha: 29/07/2018, Categorías: Gays Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues

    ... sonar suavemente una canción casi infantil: sakura,sakura, noyama mo sato mo, se abrió la puerta y una bellísima y grácil figura vestida con un Shiromoku (el kimono blanco de la boda de su madre) y una pequeña caja de laca negra con adornos dorados se enmarcó en la puerta. Hizo la reverencia mayor, arrodillándose sobre el piso y llevando su cara hasta tocar el suelo. Luego depositó a los pies del futón la cajita de laca. Se incorporó y comenzó a danzar delicadamente como una verdadera geisha, al ritmo del sakura, sakura. Minoru miraba, más conmovido que fascinado, el quería que esta noche fuera de amor purísimo, pero esto sobrepasaba todas sus fantasías. Cuando la música finalizó, la bella geisha hizo una nueva reverencia y comenzó a desatar los lazos del kimono, no pudo dejar de sonrojarse y agachar la cabeza cuando su dulce cuerpo quedó a la vista de Minoru: sus mínimos pechitos de parados pezones, su vientre plano y suave, y su pene, largo, fino y dormido queríendose disimular aún entre los pliegues de la seda. El kimono terminó de caer al piso y Kenji, que así se llamaba el delicado joven, volvió a arrodillarse en el piso, y luego de la reverencia tomó la cajita de laca negra. Minoru aún no veía ese deseado manjar que anhelaba, apenas si pudo intuir las nacientes de sus nalgas cuando Kenji estaba en posición de reverencia. -Ya ven, amor!- suplicó Minoru Kenji se arrodilló al lado de Minoru y le ofreció la cajita de laca negra. Minoru la abrió y con una apenas esbosada ...
    ... sonrisa descubrió su contenido: sobre la seda roja que forraba el interior de la caja había un plug anal de gel de pequeño tamaño y un tubo de crema lubricante. Los tomó y los depositó al alcance de su mano. Abrió el kakebutón blanquísimo que había comprado esa misma tarde y el desnudo cuerpo de Kenji se deslizó rápidamente entre sus frios pliegues a los brazos de Minoru. Minoru lo tomó de la carita y comenzó a besarlo suavemente, Kenji temblaba como las hojas que la nieve mecía allí fuera de los ventanales, por donde la luna los espiaba escondida entre nubes para no alterar el secreto momento de los amantes. Kenji se abrazó mas fuerte aún a Minoru, apoyó su mejilla contra la de Minoru y, mientras tibias lágrimas rodaban de sus ojos, le dijo al oído "Te amo, Minoru San" y, no sabiendo muy bien en qué género ubicarse, agregó "soy tuyo", pero superponiendo a esa "o", una mal disimulada "a". Minoru la/lo abrazó fuertemente y le respondió mirándolo/a a los ojos y también entre lágrimas "Te amo Kenji, quiero que estemos juntos para siempre". -Ya, hazme tuyo amor. Y te juro que seré para siempre tuyo/a. Las manos de Minoru bajaron a esas dos otras esquivas lunas que cerrarían su unión con Kenji. Acarició su piel suave como seda, lampiña, virgen e impoluta. Buscó el cerradísimo esfinter y sólo apoyó en él, suavemente, apenas rozando, la yema de su dedo índice. Kenji gimió, su virginal culito recibía la primer caricia de su vida, en sus cortos 19 años no había conocido hombres ni ...
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