CRECER A TIEMPO 1 - Relatos Eróticos

CRECER A TIEMPO 1

Ese viernes Clara me llamó a la mañana. 
-Esta noche va la nena…
-Avisame en el momento que viene.
-Si, claro. No la puedo contener más. La vaga esta súper calentona. ¡Te va a vaciar los huevos!
-¡Esperemos que le cueste!
-¡Jajaja! Tomate el tiempo que quieras. Mañana no tiene clase.
-Haré lo posible para que no se  aburra.
-Si, lo imagino. Vas a bailar y cantar ¿no?
-Por supuesto. ¡Todo sea por la nena!
-Bueno, luego te llamo.
Creo que yo estaba más caliente que Clarisa. ¡El día no pasaba nunca! A las siete de la tarde me llamo Clara.
-A las 8 estará con vos.
-¡Bárbaro! La recibiré con globitos de colores…
-¡No hacen falta! Está muy “asegurada”. No hay ningún problema. Hace tres días terminó con el “cambió de aceite”.
-¿Le hiciste las enemas?
-Por supuesto. Dos veces… y se la lavé muy bien…
-¡Cómo te aprovechás del culito de tu nena!
-¡Careta! ¡Te lo dejo a punto para vos!
-¿Le diste algún consolador? ¿Aunque sea chiquito? Así se le puedo dilatar un poquito…
-¡Cómo te ocupás de la nena!
-¡Lo último que quiero es hacerle algún daño! ¡Quiero qué lo disfrute todo!
-Le puse uno con tope… 
-¡Impecable! 
-Chau. Ah…, que esté todo el tiempo que quiera. Me llamará cuando salga. Si no tengo noticias sabré que está “segura”.
-¡Sin la menor duda!- Y cortamos.
Puntualmente, a las 8, llegó Clarisa. Como siempre me masturbé para estar bien preparado y que la nena lo note. En principio, creo que ni cuenta se dio. En cuanto abrí la puerta, se vino encima con un ...

... abrazo y un beso. ¡En la boca! ¡De locura! Me metió la lengua hasta la campanilla. Estaba con un tapadito liviano. Me llamó la atención, dado que hacía bastante calor. La apreté bien fuerte contra mí. Ahora sí, comprobó el estado de mi pija. Mientras seguíamos con nuestro beso, se paró en puntas de pie, acomodó sus piernas para sentirme entre ellas, y la tomé con energía del culo. Caminamos abrazados y pegados hasta el sofá. Allí la solté para sacarle el tapado. Fue la revelación. Un top que no tapaba ni la mitad de las tetas, y una pollerita que apenas llegaba hasta los glúteos. Tiré el tapado por allí, y la senté en el sofá. Me agaché ante ella, sin darle tiempo a nada, y metí mi cabeza bajo la pollera. Fui directo a su concha, por sobre la tanguita, totalmente humeda…
-¡Ay Dani! ¡Ay! ¡Me venía chorreando! – Apretó mi cabeza contra su cuerpo.
Aparté la bombachita y chupé entre los labios mayores. Sobre ellos no tiene vello. No veo, pero creo que en el monte de venus sí hay algo. ¡Qué aroma increíble que tiene esta nena! Allí me di cuenta que había venido chorreando. ¡El aroma de sus fluidos! Metí la lengua en la raja y busqué el orificio vaginal, metiéndola todo lo posible, hasta donde llegara. Acaricié las húmedas paredes, gozando de su sabor. Clarisa gemía de placer. Cuando saqué la lengua y fui hacia el clítoris, le metí muy suavemente dos dedos en el orificio donde había tenido la lengua. Lamí el inflamado apéndice hacia todos lados y tiré de él con los labios. La nena se ...