CRECER A TIEMPO 3 - Relatos Eróticos

CRECER A TIEMPO 3

... directo… Vos sabes cómo es…
-¿Y la primera vez? ¡Cuando te desvirgaron!
-Yo era muy chiquita, ni siquiera había terminado la primaria… Fue el hermano mayor de un compañerito… Yo había ido a estudiar a su casa…, y me gustó el hermano, era grande y lindo. Algunas chicas me contaron como era… eso…, el coger… ¿viste? El que te metan el pito en la conchita…, decían que era muy rico… Al principio duele un poquito, pero luego es muy lindo… y… bueno…, quería hacerlo. Entonces el hermano se dio cuenta de las ganas que yo tenía y le dijo a mi compañero que vaya a comprar no sé qué cosa y que no volviera en media hora… Parece que el hermano sabía cómo lo hacía el hermano mayor con las chicas que iban a la casa, porque se fue tranquilo. Bueno, el hermano grande, sin decirme nada, me empezó a toquetear. Yo tampoco dije nada porque me gustaba. Me tocó el culito, me acarició los cachetes, me pasó las manos sobre las tetitas…, y luego me metió la mano entre las piernas…, me acarició la conchita sobre la bombacha…, y me dijo “estás mojadita preciosa…”, y me sacó la bombacha. Yo sabía lo del himen y la desvirgada…, y eso… ¿no? Me lo habían contado…, que podría doler si no lo hacía con cuidado. Yo le dije que no me hiciera doler. Él me dijo que iba a tener cuidado… ¡y me la ensartó de un golpe! ¡Vi las estrellas! No me la sacaba… ¡y en un minuto me llenó de leche! ¡Se fue y me dejo tirada! ¡Una mierda! Ese fue mi debut.
-Como Laura, más o menos…
-Sí. ¿Viste? A la mayoría de las chicas nos ...

... pasa lo mismo. Seguro que vos tuviste siempre un cuidado total con todas la chicas que desvirgaste ¿no?
-Sí. Siempre procuré que fuera suave y sin dolor. Además, como a mí siempre me gusta chupar la concha, desde que lo aprendí con Micaela, siempre que podía lo hacía, y eso la lubricaba bastante bien. De cualquier manera siempre fui delicado. Si la nena me decía que era virgen tenía especial cuidado. A alguna les dolió, claro, un tirón…, algo así, pero yo me detenía y la besaba, acariciaba, la hacía gozar de otra manera para que se olvidara del dolor y luego, cuando se la daba hasta el fondo, el placer era tanto, que todas se olvidaban del dolor.
-Si, sí, claro, me lo imaginé. ¡Cómo me hubiera gustado que me desvirgara vos! 
-Bueno… ¿Cuánto tenías?
-Terminaba la primaria… ¡No, no, todavía no! ¡Me faltaba un año!
-¡Jajaja! ¡Qué precoz! ¡Ya te gustaba coger!
-No es que me gustara. No sabía cómo era. Pero muchas amigas y compañeras que ya lo habían hecho con hermanos, primos, vecinos… ¡me decían que era lindo!
-¿Vez? Jamás yo podría haberte desvirgado. Yo tendría más de cuarenta, seguro. ¡Sería un poco grande para vos!
-¡A mí no me importaría…! ¡Jajaja! ¡Aunque sea grande para mi conchita, me hubiera gustado tener tu pija dentro de mí!
-Yo tuve mucha suerte. Todas las chicas que “debutaron” conmigo, siempre quisieron volver a hacerlo…
Alguna vez lo había pensado, ahora también. Clarisa tiene un hermano mayor, de padre distinto. Le lleva tres o cuatro años… Es raro que ...