Convertí a la mujer de mi amigo en mi putita de lunes a viernes - Relatos Eróticos

Convertí a la mujer de mi amigo en mi putita de lunes a viernes

Hola a todos, soy Julian de 29 años. Soltero. Trabajo en una empresa de rutero, donde reparto productos alimenticios, hago promociones  e impulsamos diferentes productos, voy de pueblo en pueblo, de lunes a viernes.  Tengo una amigo que llamaré Juan, que tiene una esposa jovencita que llamaré Dallana de unos 20 años, sin hijos, la chica es una preciosura, mide apenas 1.58 mt, pero tiene un trasero que seguramente fue hecho por un arquitecto, sus bubis son pequeñas, pero con pezones carnosos, tiene cinturita lo cual le da el toque a su trasero redondito, ella es de tez blanca y ojitos cafes.  Cómo las cosas se pusieron duran por la pandemia, a mi amigo lo despidieron de su trabajo y estaban en mal situación económica.  Dallana no trabajaba.  Y resulta que a mi me dieron la potestad de poder escoger una impulsadora mujer, que me ayudara, tendría que ser bonita, saber bailar, ponerse ropita apretadita para llamar la atención, de hecho asi es el trabajo.   Claro que yo no se lo pinté así a mi amigo Juan, solo que se tendría que ir de ruta conmigo, aveces podríamos regresar el mismo día, pero otros no, porque habían comunidades bien lejanas.  Le ofrecí el trabajo a Dallana y ella que es algo liberal, le dijo a su marido, que aceptaría, ya que necesitaban tener ingresos, a regañadientes Juan aceptó.  Quiero comentar que Dallana me gustaba mucho y tenerla a mi lado en los viajes y pasar juntos la noche, me ponía cachondo.

La primera semana, ibamos y veníamos, yo le conseguía ...

... ropa apretadita a Dallana, para que se viera muy rica y expusiera su buen cuerpo y trasero.  Las licras que le pedía eran de tallas más pequeñas, falditas cortitas.  Me pasaba con el pene bien parado cuando ella se ponía la ropa y bailaba o promocionaba productos en la calle.  Tuve que alejarle de algunos hombres que trataban de ligarla.  De noche le hice proposiciones de pasar la noche juntos, pero ella no aceptó.  Decía que amaba a Juan.  Tendría que cambiar la estrategia.  Así que utilice el modelo tradicional, llevándole flores, dándole regalitos y haciéndola sentir bien.  La estrategía empezó a funcionar bien, pero cuando ya la tenía casi seducida, en la cama, tocándole sus piernas y dándole besitos en la mejilla, ella se ponía de pie y se marchaba diciendo que no podía hacerle eso a Juan.

Pasaron dos meses y por fin se dio.  Estabamos en un pueblo lejano, ella tenía estaba promocionando en un almacén, yo trasladaba cajas y ponía la música y ella bailaba con una licra que le quedaba pegada a su trasero como si fuera segunda piel.  En eso se acercaron dos tipos, primero le tiraron piropos, pero luego que ella no les hizo caso, trataron de tocarla, ella me gritó y yo fui y los empujé, diciéndoles que la dejaran, un tipo me tiró una patada que pude esquivar, él se cayó y yo le di un puntapie en el rostro, pero el otro me dejó ir otra patada que me dio en la quijada, me dejó noqueado, para todo eso la gente gritaba y llamaron a la policía, los tipos salieron corriendo de ...