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Viajando por Suiza
Fecha: 03/08/2018, Categorías: Anal Autor: Efem54, Fuente: CuentoRelatos
... dentro de la tienda de campaña que formaba con mis pantalones. De vez en cuando note que ella le echaba unas miradas nada furtivas y más bien descaradas. Durante el trayecto la conversación se limitó a contarme que era viuda desde hacía 15 años y a hablar del tiempo que además de haber empeorado había empezado a llover a cantaros. En ese momento la niña dijo que tenía hambre y la abuela le dijo que aún faltaba para llegar a la casa intentaba tranquilizarla volviéndose hacia atrás. Permitiéndome ver las vistas magnificas de sus muslos, me pareció ver húmedas las bragas al volverse otra vez hacia atrás para tranquilizar a su nieta. Les ofrecí las barritas de chocolate que llevaba en el bolso, le dije a la niña que las cogiera ella misma y así lo hizo, aunque me había olvidado completamente de que en el interior del bolso llevaba unas revistas pornográficas que había comprado en el aeropuerto. En eso que llegamos al cruce donde se debían bajar, pero seguía lloviendo. El dejarlas allí hubiese sido un crimen sobre todo por la pequeña así que me ofrecí llevarlas yo mismo al pueblo. La abuela ante este ofrecimiento me beso en la cara muy cerca de los labios dándome las gracias por mi amabilidad en ese momento yo aproveche para poner mi mano sobre su muslo descubierto y ella se echó a reír dando a entender que no le importaba. De repente dice la pequeña esto es lo que le gusta a papa que yo le haga. Nos volteamos para ver a que se refería y nos la encontramos con una de mis ...
... revistas en las manos, la abuela se la quito de las manos y la ojeo mirándome, yo me ruboricé, pero ella como si tal cosa me dijo hace tanto tiempo que no hago nada de esto que ya casi he olvidado lo bueno que era, contestándole yo que solo nos hacía falta llegar a su casa para recordárselo, no serás capaz, me contesto mirándome entre las piernas y desliándome. En eso continué sobándole los muslos diciéndole que estaba de lo más apetitosa y que me extrañaba que nadie le hubiese hecho ofrecimiento alguno. Me dijo que precisamente donde vivían era un pueblo muy pequeño y que todos se conocían y era difícil el poder mantener una relación con alguien sin que todos lo supieran y eso dificultaba precisamente relacionarse. Me dijo que suerte la mía el poder al menos tener esas revistas que me ayudan a relajarme a lo que le comento que la prefiero a ella y no mi mano y una revista. En ese momento la conversación subía bastante de tono y tenía mi paquete por explotar cuando siento su mano que me manosea la verga por encima el pantalón mi mano derecha se había colado debajo de sus bragas y bajo mis dedos palpaban un coño que debía ser muy carnoso y estaba empapado de sus jugos, en ese momento la nieta me pregunta mi nombre y la abuela me suelta la polla para que la nieta no vea lo que estaba haciendo, entonces me vienen a la memoria las palabras que dijo anteriormente la niña, así que para entablar conversación con ella le pregunte su nombre me dice que se llama Gerda y por el espejo ...