1. Viajando por Suiza


    Fecha: 03/08/2018, Categorías: Anal Autor: Efem54, Fuente: CuentoRelatos

    ... retrovisor veo que se ha sentado entre los dos asientos delanteros con las piernas abiertas y le veo las braguitas lo que me excita aún más. Así que eso le gusta a tu padre que tú le hagas le digo y ella me contesta si papa es muy bueno conmigo y me acaricia mucho y hace que sienta muy rico. La abuela me miro y se ruborizo, en ese momento no supe si era por lo que decía la niña o por tener mi dedo en su coño.
    
    En eso que llegamos a la casa, pero seguía lloviendo muchísimo. La abuela sale del coche hacia la casa corriendo y la pequeña se queda dentro conmigo mientras esperamos que abra la puerta de la casa y aprovecho para acariciar la niña entre las piernas y ella me dice así es como mi papa hace, tú también sabes hacerme rosquilleta rica. Era un puro goce sentir ese chochito sin pelo suave carnoso como una frutita. Cuando la abuela ha abierto la puerta nos llama para que vallásemos hacia la casa.
    
    Cuando se produce una tromba de agua que nos empapa hasta los huesos. La pequeña se resbala quedando totalmente llena de barro, la cojo en brazos y nos metemos en la casa.
    
    Mientras la abuela había encendido la chimenea. Empezaba a hacer un calorcito rico a lo que empezamos a desnudarnos para secarnos al ...
    ... fuego, me sentí un poco cohibido pero la abuela me dijo que no me preocupara que la niña ya había visto su padre desnudo y que ella misma tenía ganas de verme y con su mano me acarició la polla. Las dos se fueron a ducharse y yo me quede esperando a que terminasen cuando regresa la abuela me da un besazo en la boca y me manda a la ducha mientras ella prepara café.
    
    La pequeña seguía en la ducha cuando yo llegue y me invito a bañarme con ella. Bajo el agua siento las manos de la pequeña que me agarra la polla y comienza a acariciarme poniéndose durísima. La pequeña me invita a que la enjabone. Era una delicia pasarle las manos por su entrepierna, con el dedo le acariciaba entre los labios gordotes de su coñito, entrando la niña como en trance con los ojos cerrados y empezó a temblar con lo que me asuste al principio, pero solo acababa de tener un pequeño orgasmo.
    
    Terminamos de ducharnos y estábamos secándonos cuando la abuela nos trajo ropa seca. Para mí un batín que me quedaba pequeño y se abría constantemente, para la niña un pequeño camisón cortito y además no llevaba nada debajo.
    
    Volvimos al salón donde estaba la chimenea y allí la abuela tenía preparado café y leche además de una botella de licor local. 
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