1. Con el profesor de filosofía


    Fecha: 05/08/2018, Categorías: Gays Autor: SantiagoRodriguez, Fuente: SexoSinTabues

    ... gruñía de placer y a veces cerraba los ojos; yo estaba sorprendido, debo decir que gratamente, y me concentré en sentir cómo me penetraba ese bellísimo hombre de color caoba… en eso estaba cuando de pronto lo sentí resoplar. Abrí los ojos y su expresión de placer, junto con las contracciones de su pene dentro de mi ano, evidenciaron un riquísimo orgasmo. Yo también estaba a punto de eyacular pero lo evité: el rey de esta fiesta era David. Terminó de venirse por segunda vez y me la sacó. Se la limpié con una toalla y con algunas mamadas. Nos vestimos y nos sentamos en el mueble. “No sé qué decir”, me dijo; “no es necesario decir nada”, le respondí y le serví otra gaseosa con ron, con hielo para desacalorarnos. Estuvimos conversando por casi una hora de diversos temas. No hablamos del sexo que acabábamos de tener. Luego dijo que debía marcharse y se puso de pie; yo me paré con él y le agarré el paquete; él me dio un chape con lengua y me sobó las nalgas con fuerzas, y agregó “dale un besito de despedida a mi pinga”; yo me ...
    ... sorprendí, pues “pinga” era una palabra que nunca imaginé salir de la boca de un tipo tan correcto, pero obedecí sin titubear. Le di otra mamada de campeonato, ¡debía esforzarme si quería volver a verlo! A los pocos minutos me preguntó si podía penetrarme otra vez, y le dije que sí. Me hizo echarme bocabajo en el mueble, se puso encima de mí, me bajó el pantalón y sin más me la metió hasta el fondo; acto seguido, bombeó mis intestinos con ritmo sostenido mientras me lamía las orejas y la nuca. Habrá estado unos diez minutos en esas hasta que terminó con una última embestida: la había dado por tercera vez. La sacó, se la sacudió y se la guardó; me vestí y lo acompañé a la puerta y, aunque no quedamos en vernos nuevamente (yo no quería presionarlo), era obvio que esto volvería a suceder. Y obviamente, volvimos a hacerlo (pero como amantes pues él tenía enamorada y posteriormente se casó con ella, lo cual no me quitó la exclusiva de tenerlo como amante). Y yo nunca más volví a leer un libro sobre dialéctica con los mismos ojos. 
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