Me heredó a su hija japonesa - Relatos Eróticos

Me heredó a su hija japonesa

... Soulin.

Entonces le tome su cabeza y empecé a mover mi verga dentro de su boquita como si fuera una rajita, entraba y salía, primero lento, pero a los pocos segundos, yo entraba y salía de su boca con mucha fuerza y rapidez, grité y quise sacarla porque iniciaría a eyacular, pero ella me contuvo y dejó que yo me viniera en su boca, la cantidad de semen fue bastante, ella tragaba y retenía en su boca, por fin terminé y vi cuando Soulin tragaba lo último.  Nos abrazamos y besamos hasta quedarnos dormidos esa noche.

Ya nada fue lo mismo desde esa noche.  Al otro día, nos besabamos por todo, yo la ponía sobre mis piernas y nos besábamos por muchos minutos.  Para esa segunda noche, ya tenía planeado quedarme con su virginidad.
Esa noche puse muchas velas olorosas en mi habitación, puse pétalos de una rosas rojas que compré, cuando ella regresó porque yo la había mandado al supermercado a comprar vino,  se emocionó tanto que se tiró a mis brazos y comenzamos a besarnos y tocarnos antes de tiempo, rodamos a la cama y le fui quitando la ropita, primero la blusa y sostén, le chupé sus tetitas y sus diminutos pezones, ella gemía mucho, estaba excitada.  Le quité su pantalón y luego sus braguitas.  Quedó desnudita como aquella tarde que la ví.  Me metí entre sus piernas para chuparle su pepa, mi lengua lamía todo, desde su clítoris hasta su ojete de su culito, ella daba alaridos y de nuevo se corrió por mi sexo oral.  Mi verga estaba super erecta y ella muy mojada, era el ...

... momento propicio, así que sentado entre sus largas piernas, puse sus pies en mi torso, puse mi glande en la entrada de su vagina, y luego comencé a empujarla con cierta fuerza controlada, la oí gritar cuando rompí su pequeño himen, ella sentía dolor, así que apagué sus quejidos con muchos besos en la boca, a la vez que al reclinarme sobre ella mi pene se fue introduciendo en su rajita desvirgándola por completo.  Ahora yo comencé a mover mis caderas y mi pelvis para bombear mi verga adentro y afuera de su recien estrenada vagina.  Ella se aferró a mi y por momentos mordía mi lengua o mi hombro por tanta excitación que ella sentía.  La seguí bombeando lento pero profundo, entraba bien adentro de su angosta rajita.  Soulin entró en una excitación máxima, pues gemía y daba de alaridos, me clavó sus uñitas en mis brazos, sus largas piernas me abrazaron por los costados y quedamos muy pegados cogiendo.  Ella llegó un enorme orgasmo, que cuando finalizó ella quedó como inerte sobre la cama, yo seguía moviendome, pero ella quedó como una muñequita de trapo.  Luego de varios minutos empezó a moverse y a abrir los ojos.  Yo le dí la vuelta y la puse en cuatro y sus nalgas era muy bonitas, no me había percatado de la perfección de ellas, en pequeño.  Le besé sus nalgas con propiedad y le lamí su ojete del culito, luego la penetré, siempre suave y lento, noté unas gotitas de sangre en sus labios vaginales, era lo normal en estos casos.  Le empecé a bombear ahora un poco más duro, pero siempre ...