Me heredó a su hija japonesa - Relatos Eróticos

Me heredó a su hija japonesa

... con delicadeza, la hice llegar a otra corrida, al parecer Soulin llegaba con cierta facilidad al climax y eso era extraordinario para mi.  Luego a los dos minutos, yo empecé a eyacular y la saqué de su vagina, antes de sucediera.  Mi esperma cayó en su espalda y sus nalguitas.  Descansamos abrazados y besándonos.  No quise volver a cogerla, era suficiente para su primera vez.

Al otro día, apenas amaneció, yo tenía sobre mi a Soulin besándome la frente, las mejillas, y el cuello.  Yo la subí sobre mi, para que me quedara su rajita en mi boca, ella estaba como sentada encima, le corrí su braguita y comencé a comerla su rajita, mis labios bucales chupaban sus labios vaginales, como si nos estuviéramos besando, le metí la lengua por todos lados, lamí su clítoris, la entrada a su vagina, su ojete del culito, Soulin daba de nuevo buenos quejidos de placer.  Mi lengua se movía por todos lados, ella de tanta excitación quería quitarse de encima, pero no la dejé, la aprisioné y seguí comiéndole la rajita, hasta que ...

... llegó a un orgasmo allí encima de mi boca.  Ella se dobló y cayó en la cama.  Le quité toda la ropa y colocándome encima la penetré y comencé a cogerla sobre la cama, esta vez su vagina estaba tan lubricada que la cogí duro con buenas ensartadas y moviéndome profundo y fuerte, la cama rechinaba y yo que estaba también super excitado le di una fuerte cogida a la pequeña y delgadita Soulin.  No me detuve hasta que ella llegó a una nueva corrida  y yo lancé esperma sobre su torso y hasta el rostro.  Así amanecimos la noche después de su desfloración.

Soulin se volvió mi novia, mi amante, mi mujer, los días siguientes, no llevé un registro, pero estoy seguro haber tenido sexo diariamente con ella por lo menos dos semanas continuas.  Luego ya dejamos algunos días de descanso, intercalados.  Estamos muy enamorados.

Ya tiene 18 y eso me tranquiliza, es la mayoría de edad en este país.  De su mamá no hemos sabido nada aún.  La verdad ya no me interesa.  Con la herencia de carne y hueso que me dejó puedo rehacer mi vida.