1. Matilda, guerrero del espacio (capitulo 8)


    Fecha: 11/08/2018, Categorías: Hetero Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    La gigantesca nave les cortaba el paso. Hacía varios días que la Flota Federal había entrado en la zona del Consorcio Bellek, y por fin, habían aparecido. La nave era descomunal, rechoncha: intimidaba. Parecía una enorme tortuga, totalmente erizada de antenas y largas púas puntiagudas, que adosadas al casco como si fueran parásitos, le daban un aspecto inverosímil, extraño. Estaba claro que hacía mucho tiempo que no veían cruceros de batalla en su territorio, y permanecían en silencio, expectantes, como si quisieran adivinar cuales serían nuestros movimientos o nuestras intenciones.
    
    —¿Qué dicen los escáneres? —preguntó Matilda.
    
    —Casi cinco kilómetros de eslora y tiene un blindaje brutal: 60 metros de grosor mediante capas de algo que no identifico, pero que es similar al duranio. Puede resistir un ataque con armas nucleares: todas esas púas impiden impactos directos contra el casco, —contestó Moxi estudiando los datos de su consola—. En cuanto a la tripulación, no sé qué decir. Ahí dentro hay más de 200.000 formas de vida de muchas especies distintas.
    
    —Los escáneres de largo alcance, detectan otras tres naves acercándose a toda velocidad. Llegaran en tres horas.
    
    —El príncipe Adry dijo que casi todos viven en esas naves, —intervino Ushlas.
    
    —Frío seguro que no pasan, deben vivir muy juntitos ahí dentro, —bromeo Daq desde el timón.
    
    —¿Armamento? —preguntó Matilda.
    
    —Lanzadores de misiles nucleares y artillería pesada de inducción, cómo dijo el príncipe ...
    ... Adry, —respondió Neerlhix—. Está claro que hace muchos años que no renuevan su tecnología, pero un ataque concentrado con las armas nucleares de esas cuatro naves, puede ponernos en dificultades.
    
    —Un ataque nuclear concentrado nos pondría en mucho más que serias dificultades con el núcleo místico, —intervino Camaxtli entrando en el puente—. Esa basura de fisión y la tecnología mística se dan de hostias. Mejor lo evitamos.
    
    —Una andanada con las baterías principales partiría por la mitad esa puta nave y se acabaría el problema, —afirmo Neerlhix.
    
    —Hermanito, no voy a destruir una nave con 200.000 personas dentro —dijo Matilda desviando la vista hacia su hermano.
    
    —Lo sé nena, pero mi obligación es informarte de las opciones que tienes.
    
    —Pues busca otra opción que esa no me mola nada, —dijo un poco molesta, y mirando a Moxi añadió— Intenta comunicar con ellos y salúdales. A ver si contestan y podemos negociar.
    
    —El Consorcio contesta capitán —informó sorprendido Moxi— Cualquier negociación tiene que ser en su nave, y solo dos personas.
    
    —No puedes ir a su nave, —dijeron a la vez Ushlas y Neerlhix temiendo lo peor—. Es muy arriesgado.
    
    —Sí voy a ir.
    
    —No seas cabezona ¡Joder! —exclamó su hermano— Es muy peligroso.
    
    —Ya he tomado la decisión: voy a ir.
    
    —¿Pero no te das cuenta del peligro que corres?
    
    —Voy con un escolta.
    
    —Yo soy la escolta, —intervino la Princesa Súm, que, como oficial mayor, siempre estaba presente en el puente en momentos de ...
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