LA TÍA SIGUE SIENDO CURIOSA 4 - Relatos Eróticos

LA TÍA SIGUE SIENDO CURIOSA 4

“«Es… que…, nunca lo hice… ¿Me enseñás?» Victoria no se achicaba por nada. «Todo lo que quieras, mi tesoro. Estoy seguro que aprendés rápido.» «Si… ¡Jajaja! Soy buena alumna y me gusta mucho. ¿Cómo me pongo?» «Tomá un par de almohadas y arrodillate, allí, a lado del espejo.» «Bueno… ¿así?» «Perfecto.» Como yo estaba al palo no hubo problema. «Agarrámela, abrí la boquita y tomá el glande con los labios, Tené cuidado… ¡No clavés los dientes!» «¡Jajaja! ¿Alguna vez te lo hicieron?» «Varias…, hasta que aprendieron… Dale un besito tesoro.» «¡Síííí!» «Ahora una caricia con la lengua. ¡Muy bien! Ahora bien abierta la boquita. ¡Así, así! ¡Muy bien! No la soltés. Metela todo lo que puedas o quieras. No hay ninguna norma. Más adelante te enseñaré a tragarla toda.» «¿Así lo hace tu esposa?» «Cuando estaba aprendiendo, tal cual. Ahora juega un montón con mi pija. ¡Le encanta!» Al fin me animé a llamarla por su “nombre propio”, aunque hay muchos más, es el que yo uso. «No te olvidés que con mi esposa hace 17 años que cogemos.» «¿Te la chupó desde el primer día?» Se la sacaba para hablar. Yo prefería que chupara más y hablara menos…, pero no quería contradecirla en nada. «Casi…, tres o cuatro cogidas después de la primera, empezamos con las chupadas. Lo que pasaba es que no siempre estábamos en el lugar adecuado. Nosotros por entonces éramos muy chicos…, y teníamos que arreglarnos como podíamos.» «Y…, mmmmmmmm está rica, mmmmmmmm ¡Jajaja! No puedo hablar y chupar al mismo tiempo.» «Mirate ...

... al espejo. ¿Te gusta verte chupando?» «¡Si, me gusta! Me gusta todo lo que hago con vos, y no tengo más vergüenza de verme cogiendo… Es más… ¡me gusta mucho!» «Agarrala con una mano. Así, así, bien adentro. Todo los que puedas. Te digo que la tengás con una mano, para que no llegués con el glande a la garganta y te de arcadas. Estás aprendiendo rápido. Con la otra mano acariciate la conchita…» Empecé a hablar como un ser humano normal… «¡Por todo el tiempo que perdí boludiando! ¡Jajaja! ¡Qué mal hablada! ¡Jajaja!» «Me gusta que hablés así. ¡Es más erótico…!» Victoria está contenta y feliz. Nunca habría creído que fuera tan rápido su transformación de seria profesora… en una tremenda y calentona cogedora. «Ahora levantate. Así no se te cansan las rodillas…» «¡Me olvidé de las rodillas! ¡Es tan lindo jugar con vos! Además, vos me la chupás tan lindo que no puedo ser menos. ¿Lo hago bien, bebé?» «¡Maravillosamente bien! Vení, vamos a la cama…» «¡Uy dio! Con tu pija en mi boca… y las caricias que me hice… ¡me agarró unas ganas!» «¿Querés que te la meta?» «¡Sí! ¡Dale! Me pongo a lo perrito…» Y se acomodó sin ninguna otra indicación… Fuimos a las tareas “específicas”. Se puso de forma tal, que podía mirar de costado en los espejos…, y me enanqué. «¡Qué lindo esto, bebé! ¡No puedo decir otra cosa, todo lo que hacemos es hermoso! ¡Me hacés tan feliz!» «La próxima vez que nos encontremos te la voy a meter en la colita…, pero sin dolor…» «¡Sí! ¡Sí! ¡Tengo muchas ganas!» «¡Ahora va por ...