LA TÍA SIGUE SIENDO CURIOSA 4 - Relatos Eróticos

LA TÍA SIGUE SIENDO CURIOSA 4

... la conchita!» «¡Si! ¡Dale! ¡Con todo!» Victoria se apoyó con los codos, girando la cabeza hacia el espejo en el cual mejor nos veíamos. ¡Hay tantos que podés elegir! Me la agarré y apunté al agujerito…, pero cuando le vi los labios me agarró un tremendo deseo de chupársela. «Quedate así, mi amor. ¡Un momentito!» Me arrodillé y metí mi cabeza entre los glúteos. Pasé la lengua por su hoyito y fui al perineo… «¡Ay! ¡Ay! ¡Mi tesoro! ¡Qué lindo! ¡Cómo me gusta cuando la chupas!» No hablé. No quiero sacar la boca de lugar tan exquisito. Llegué a los labios externos y les di unos mordisquitos… Victoria tembló. Estaba cerca del orgasmo. «¡Mi amor! ¡Sos una maravilla!» Se los abrí con la lengua. ¡Tan rica humedad! Recorrí los labios internos tirando con mis labios. Fui al clítoris. «¡Me vengo! ¡Dios! ¡Qué acabada!» Me inundó la cara con sus fluidos… ¡chorro incluido! ¡Genial! Traté de tragarme todo. Lo notable es que con Victoria no tenía acidez. Con la mayoría de las otras mujeres que chupé, mi esposa incluida, la tenía… ¡Hasta en eso era una maravilla! «Ahora si tesoro.» Me volví a enancar. Le puse el glande en la puerta del orificio de la vulva, tan mojado que la penetración fue inmediata. Se deslizaba perfectamente. «¡Como te siento que lindo!» Llegué al fondo. «¡Más, más! ¡Dale, dale!» Victoria había aprendido, sin ninguna indicación, a moverse. La cadera “viajaba” de atrás hacia adelante, iba y venía acompañando mi bombeo. «¡Dios! ¡Otra, otra, otraaaa… acabada más…! Y eso que ...

... ni me toqué. ¡Con vos adentro no me puedo contener!» ¡Uno…, dos orgasmos al toque! Sentí la pija totalmente empapada. ¡Qué lindo es verte como me la movés adentro! ¡Qué lindo! ¡Aaaaahhh, otra más! ¡Me muero de felicidad!» «Te la saco, mi amor…» «¡No! ¿Por qué?» «Chupámela! ¡Te quiero acabar en la boca!» «¡Si! ¡Bueno!» Se dio vuelta como un rayo y se la metió en la boca en el momento exacto en que el semen saltaba… «¡Huggg! ¡Uuggg! ¡Mmmmmm!» No hice ningún comentario. Ella sabía lo que quería. Tragó todo lo que pudo. Por las comisuras caían gotas. Me miró a los ojos y sonrió. «¿Te gustó, mi amor?» «¡Fantástica! ¡Estuviste fantástica! ¡Qué placer!» Me lamió hasta dejarla bien limpita. «¡Siii! Para mí también. Qué lindo es que nos guste chuparnos y beber nuestros jugos. ¡Tú lechita es riquísima! ¿Todo semen es igual de rico?» «No sé. Nunca lo probé…, salvo el mío…» «¿Pero alguna de las chicas con las que cogiste no te comentó de otras mamadas?» «Nunca les pregunté.» «¡Jajaja! ¡Qué discreto!» 

-¡Bárbaro! ¡Acababas cada cinco minutos! – Laurita está emocionada.
-¡Nena! ¡Tenía 32 años! 
-¡Me gustaría haberte conocido por entonces!
-¡Jajaja! ¡Tendrías diez años!
-Bueno…, haría el esfuerzo… ¡Jajaja! – Laurita, como siempre estaba contenta y caliente, escuchando mis relatos. - ¡Me dio ganas de probar tu lechita! ¡Vamos ahora!
	Sin la menor duda, se inclinó entre mis rodillas y riéndose, me tomó la pija, que ya me la había puesto al palo mientras yo hablaba, y se la metió en la ...