1. EL MILAGRO DEL AMOR.


    Fecha: 15/08/2018, Categorías: Hetero Autor: Barquidas, Fuente: SexoSinTabues

    ... grititos de placentero gozo, colaboraba con mi propósito, desenlazando sus piernas a fin de asentar los pies en la superficie de la cama para, apoyándose firmemente en las plantas de sus pies y la parte alta de los hombros, alzarse en el aire más de una cuarta sobre la superficie camera con toda la espalda arqueada, empujando así sus caderas hacia el nacimiento de mi miembro, con más que ímpetu, fiereza… Mi reina, mi diosa del Olimpo, estaba desmelenada… ¡Increíble!. Con los ojos entrecerrados, ni absolutamente cerrados ni, desde luego, abiertos, el rostro encendido teñido en rojo carmín, la respiración más que entrecortada, agitándosele, trémulas, las aletas de la nariz y los labios entreabiertos, temblequeándole ostensiblemente, al tiempo que se mordía, de vez en vez, el inferior… Su voz, enronquecida, medio quebrada por el tremendo enervamiento que la dominaba, me pedía que sí… Que acabara en sus entrañas… Que le diera mi semen, mi germen de vida… Y no tuvo que insistirme tanto, pues, en verdad, yo estaba que no podía aguantar ya ni un segundo más, por lo que, incrementando mis embestidas hasta ni se sabe, profundizada más y más mi virilidad en su más genuinamente femenina intimidad, me vaciaba cono nunca antes lo hiciera… Porque, ¡Dios!, y qué manera de escurrirme… O qué manera la de ella de exprimirme a mí… Vamos, como a un limón… Me parecía increíble, pero así era… Me constaba, y a la vista había estado, que en su primitiva aversión y rechazo, ni un ápice de trampa ni ...
    ... cartón había, pero sin embargo, sus músculos vaginales habían obrado cual toda una experta en sexualidad sabe hacerlos trabajar… Inexplicable, pero cierto… • No lo sé, mi amor… Yo…yo no hacía nada… Me salía solo… Sin yo hacer nada…No sé por qué pasó eso… Me respondía ella, luego, cuando reposábamos en la paz tras la tormenta, a mi pregunta de cómo había sido posible que su vagina respondiera de la manera que lo hizo… Que siempre, posteriormente, lo hizo… Sólo que, luego, con bastante más experiencia, le salía bastante mejor En fin, que la cosa es que, al sentir ella cómo mis personales e íntimos fluidos entraban en sus entrañas a toda presión, estrellándose con fuerza en lo más profundo de su intimidad, golpeando el cuello de su matriz, inundándola, podría decirse que se volvió más loca que otra cosa… ¡Dios y cómo se movía…cómo “empujaba” mi reina…mi diosa!. No era ya que yo tuviera que acoplarme al desmelenado ritmo de sus caderas… No; nada de eso… Lo que pasaba es que me las veía y deseaba para coger aquél ritmo de locura… De desquiciamiento… Pidiéndome más, más y más, a todo gas Y también Marta estalló… Su orgasmo fue algo así como el estallido de un volcán en plena erupción… Y sus reacciones, dantescas… Me dejó hecho un “Ecce Homo”… En lo más alto del clímax, su boca buscó, primero, la mía, pero luego mi mejilla, mi cuello, mi hombro… El labio inferior, más que rasgada su piel, igualito a una alcachofa… La mejilla, el cuello, por dos o tres sitios, el hombro…con los arcos ...
«12...141516...19»