1. La fruta prohibida siempre es la más deliciosa: Deseos de una madre


    Fecha: 16/08/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... nunca lo había hecho. Aquel día vestía unos leggins negros ajustados, los tirantes de su brazier se asomaban por la playera de tirantes, y su cabello largo lo había acomodado ella pasando sobre su cuello hasta delante de sus pechos. -Necesitas relajarte, estás realmente cansada — le dije para acercarme más y empezar a masajear su espalda. -Si, mi amor — me respondió algo dominada por el sueño. Una erección surgía sobre mi pantalón mientras más me acercaba a mi madre, no podía evitarlo, esas piernas formadas que se movían para acomodar ese culo cubierto de leggins color negro, las pecas sobre su espalda me excitaban de alguna forma al momento de tocarlas con mis dedos. Me acerqué más a modo que quedé a no más de 10 cm de mi madre. -Relájate, hermosa — le dije. Respondió con unos quejidos afirmativos. Mi respiración se volvía más intensa. Baje mis manos por su espalda, masajeando cerca de su culo. Mi pene estaba a tope y yo realmente no podía más, acerqué mi pene cubierto de mi pantalón, pero duro como una piedra hacia su culo, y lentamente empecé a frotarlo. Así estuve aproximadamente 2 minutos, no sabía si mi madre se percataba de esto, en momentos dejaba de hacerlo y de nuevo me acercaba. Por fin, mis manos llegaron a su culo tocándolo suavemente, con delicadeza, apretaba un poco a veces, me empecé a frotar la verga mientras con la otra mano acariciaba ese culo cubierto de leggins. -¿Mamá? — pregunté algo temeroso, y no recibí respuesta pues ella ya estaba profundamente ...
    ... dormida. Decidí entonces a pasar mi brazo sobre ella rodeándola y replegándola a mi haciendo que su culo quedase totalmente pegado a mi pene, la abrace y ahí frote aún más. La excitación me invadió con locura, jamás imaginé llegaría hasta este punto. El frotamiento se convierto en un movimiento más veloz puesto que mi pene se movía con placer en el culo de mi madre, más rápido, más intenso, en ese momento no me importaba nada, la repegue más hacia mí y finalmente la lujuria incestuosa hizo lo suyo, expulse como nunca ese semen dejando mi pantalón empapado. Me quede unos minutos ahí acostado, para asegurarme que cuando mi madre se levantara no se haya enterado de lo que acababa de hacer. Sin embargo, el agotamiento físico me venció, cerré mis ojos por un momento y quedé dormido, como cuando uno duerme placenteramente después de descargar todo el amor sobre una grande cama. Desperté, alarmado pues ella ya no se encontraba a mi lado, e inmediatamente con mucha prudencia busqué a mi madre por la casa. Ella estaba lavando la ropa. -Amor, oye, pásame la ropa sucia que tenga — me dijo como de costumbre. -Si mamá — respondí algo tímido, intentando averiguar si se había dado cuenta de lo que hice. -Oye. — balbuce — ¿qué cenaremos hoy? — improvise finalmente esta pregunta para entablarme con ella. -No lo sé, creo que quedo comida de ayer, así que eso será, sino ya veremos que — me contesto sin sospecha alguna. El alivio me invadió por completo. Pasé ese último día y el siguiente con mis ...
«1234...8»