1. La fruta prohibida siempre es la más deliciosa: Deseos de una madre


    Fecha: 16/08/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... amigos, haciendo tonterías y saliendo para aprovechar esas últimas horas de vacaciones. Claro, por las noches en casa me masturbaba con prendas de mi madre, recordando lo ocurrido. Soñaba ese cuerpo al que llamamos "Gordi-bueno", esos pedazos de carne que se asomaban a las orillas de su cadera, quería estrujarlos mientras ella me montaba ferozmente; y besar sus labios rosados, pasar mis manos por ese culo mientras el placer sale por los gemidos de su voz. Evidentemente, empecé a mirar aún más diferente a mamá. Llegó por fin el día en que tenía que irme de la ciudad para empezar la universidad. Según mis estimaciones pasaría un mes fuera de casa, sin ver a mamá ni a mi hermanito. La despedida con ambos fue algo monótono, puesto a que la situación con papá todavía resonaba en nuestras memorias. Pasó el tiempo, los cursos fueron superados y entré el primer semestre de ingeniera. Para no centrarme tanto en esto, les resumo: como toda institución estatal mexicana, los problemas salariales, sociales y burocráticos no tardaron en aparecer; las clases fueron suspendidas y las huelgas explotaron por todos lados. Yo como novato en universidad, pensé se arreglaría pronto, por lo cual esperar aproximadamente tres semanas más para ver si se presentaba alguna solución, pero no, la situación empeoró. Se optó por regresar a casa, y entre esos estaba yo, desilusionado por perder mi primer semestre, ¿pero ¿qué se le va a hacer? uno no controla las instituciones. Habían transcurrido ...
    ... alrededor de dos meses desde que dejé mi casa. Lo único que me reconfortaba era el regresar a ver a mamá y a mi hermanito, pero al mismo tiempo recordaba lo de papá y el pseudo ambiente depresivo que vivíamos. Sin embargo, me llevaría una grata sorpresa al llegar a casa. Mi madre y mi hermanito se alegraron mucho de volver a verme después de tiempo, pero esta vez, mamá estaba diferente, realmente diferente. Se tiñó el cabello de un castaño rojizo, su rostro reflejaba años de juventud pues algunas imperfecciones por la edad habían desaparecido, la figura algo robusta se había convertido en un cuerpo ideal, con caderas anchas y unas piernas formadas, sus pechos resaltaban aún más, y su culo se alzaba apretado por unos jeans color marino. Era una diosa la que me había dado la vida, deduje en aquel momento. Ahora, daré otro gran salto de tiempo, ya que ocurrieron muchas cosas similares a aquella vez, pero jamás logré tener sexo con ella. Me dediqué a reanimar nuestra relación madre hijo, e intencionalmente, encender un deseo de lujuria hacia mi dentro de ella. Llegó entonces mi oportunidad, esa noche. En la cual por ciertas circunstancias tuvimos que compartir la misma recamara, y por ende la misma cama. Para ese tiempo nuestra relación familiar había dado sus frutos, mamá confiaba en mí, era algo así como su mujer amigo, nos contábamos todo, salíamos, etc. Todo culminaría esa noche, y, como se darán cuenta, no medimos las consecuencias de lo que está a punto de suceder: Arribe a la ...
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