1. LA PATRONA EXIGENTE


    Fecha: 11/07/2022, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... buen día.» «Hola ¿qué tal?» «Escuchame…, cuando traigás alguna piba, te pido por favor…» «¡Te diste cuenta!» «¡Claro! Hacían tanto ruido contra la pared, que me sacudían la cama. Cuando venga alguna alejá la cama de la pared.» «¡Uy! Perdoná… ¡cómo te jodí!» «¿Cómo hiciste para que la vieja no se diera cuenta?» «Vinimos como a las dos de la mañana…» «¿Hasta esa hora estuvieron dando vueltas?» «Bueno…, luego del comedor nos fuimos a franelear al bosque. Estuvimos un rato a las chupadas, de toqueteo, mamaditas…, y así, variado, hasta la hora en que empezaba el cine trasnoche en la calle 8. Cuando terminó nos vinimos caminado hasta acá…, así que llegamos a buena hora. Entramos en absoluto silencio…, y bueno…, adentro de la pieza solo te jodimos a vos. ¡Jajaja!» «¡Bárbaro! Otra vez separá la cama de la pared…, sino voy a ir a “averiguar” que hacen… ¡Jajaja!» Quedamos lo más bien. Por supuesto, la idea de Miguel, el vecino, me inspiró a mí. Yo tenía relaciones bastante buenas con tres pibas, dos de la facu y una que conocí en el comedor. Con una de las compañeras de la facu, y la que conocí en el comedor, había podido garchar, en el departamento de un compañero, y en la casa de la otra. Era la convención generalizada. Si traés a alguien a coger a tu dpto los demás se toman un par de horas de “asueto”…, Con la otra compañerita, la que más me gustaba, no había podido concretar nada, solos refregadas en el cine o en el bosque. Nada demasiado cómodo y concluyente. Y ella estaba tan ...
    ... caliente como yo. Así que decidí que ella sería la que “inauguraría” mi cama. A la semana repetí la técnica de Miguel, hasta que estuvimos en la cama. ¡Genial! La piba tenía tanto o más ganas que yo. Cogimos con todo durante una hora y media, más o menos. Salimos, la acompañé hasta su vivienda y regresé caminando…, como todos…, porque a esa hora no hay transporte público. Entré en silencio… ¡y saz! Descubrí tremenda boludez… ¡no había bajado totalmente la cortina de enrollar de la ventana al patio! O sea… que la luz del interior de mi pieza se veía desde afuera…, y si te acercabas verías lo que pasaba adentro. ¡Gran cagada! Si la vieja se levantó por alguna razón… ¡podría haber visto la iluminación! Y si la curiosidad la despertó… ¡cagamos!”
    “En fin ya no había remedio. Solo rogar para que la patrona no se haya dado cuenta… A la mañana me levanté más o menos a la hora de siempre…, pues al dejar la cortina semi abierta -no la bajé para no hacer ruido-, entraba la luz del día y me despertó. Como siempre fui al baño, me duché, me vestí y me fui… Mejor dicho…, traté de irme. Cuando estaba llegando al pasillo, siento la voz fatídica. «Daniel ¿podés venir un momento?» ¡Saz, me enganchó! Me di vuelta para contestar, tratando de inventar algún pretexto para irme y… ¡casi me caigo de culo! La patrona está allí, en la puerta de la cocina…, pero  solamente “estaba”… ¡increíble! Jamás la había visto así, ni de lejos… Un vestido violeta súper ajustado, la falda súper corta, el escote súper ...
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