1. LA PATRONA EXIGENTE


    Fecha: 11/07/2022, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... habías eyaculado?» «Si…, una vez…» «Eso no lo vi. Llegué tarde, ¡jajaja! ¿Donde le acabaste? ¿En la vaginita?» «No, eso no, porque ella no estaba segura de no estar en días fértiles… y no usamos… protección… ¿vió? Es que… bueno… a ella le gusta… Le acabé en la boca…» «¡Qué lindo! ¿Tragó tu lechita?» «SI…, toda. ¡Le gusta mucho! Tambien me dijo que le gusta mucho sentirme adentro…» «¿En todos los agujeritos?» «No, no. En la colita todavía no. Yo le voy a enseñar como tiene que hacer para que se dilate y no le duela.» «¡Qué bien! ¡También le enseñás para que coja sin dolor! ¡Me parece fantástico!» A esta altura yo no se como estaría la patrona…, si me estaba tomando el pelo…, o que… ¡Yo me había puesto súper caliente y estaba recontra al palo…! ¡Y me importaba una mierda que ella se diera cuenta! «¿Sabés Dani? Me gustó mucho verlos, ya te dije. Cuando estaban a lo perrito, vos te agachaste sobre su espalda…, le tomaste las tetitas con las dos manos, y la llenaste de besos. ¡La carita de felicidad de la nena era milagrosa! ¡Estaba en el paraíso! ¡Eso lo lograste con tu dulzura! Le gustaba una barbaridad…, y vos también sonreías…, nada de ceño fruncido, como tanto hombres cuando hacen… el amor. Te digo que no estoy molesta… para nada. Estoy contenta de haberlos visto. ¿Por qué vinieron aquí?» «Es que no podemos ir a un hotel. Ella es menor…» «Si, me pareció. Muy jovencita…» «Tiene 17 años, señ… Paulina…» «¿Vos cuantos tenés?» «Diecinueve…» «Entiendo…, te gustan jovencitas…» «No, ...
    ... no, si…, bueno, cuando una mujer me gusta no me importan los años…» «Sos casi un bebé. ¡Jajaja!» Su risa me relajó. «Así que si te gustan no te importa la edad… ¿yo te gusto?» ¡Ahí sí! ¡No me caí de culo porque estaba sentado! «Yo…, yo… nunca la vi tan… hermosa…, ni a ninguna otra…» «¡Jajaja! ¡Sos divino! Con el batón, el pañuelo en la cabeza y en chancletas no soy muy apetecible ¿no?» «Es que… ese batón… es tan grande…, digo… amplio…» «No se me nota nada… ¡Jajaja! ¡Pícaro! ¿Y ahora que se me nota?» Separó las rodillas…, no mucho, apenas…, y no pude evitar bajar la mirada hacia la sombra de su entrepierna. No se notaba nada más que sombra. Imposible saber si había bombacha o algo… «Decime que se me nota. No te guardés nada. No seas tímido.» «Es que no quiero molestarla…, Paulina. Es usted muy hermosa…, desde todas partes…» «¿Qué opinás de mis piernas?» Abrió las piernas y se recogió la falda. ¡No había nada! ¡Sólo vellos castaño claro! Como su cabello. «¡Te dije las piernas, mirón! ¡No “otra cosa”! ¡Jajaja!» «Y si. Piernas perfectas.» «¿Y qué más se me nota?» «Bueno…, el cabello…, muy lindo…» «¡Jajaja! ¿Qué hay además del cabello?» «El rostro, sus ojos, su nariz, su boca, sus pómulos, sus mejillas, su pera, todo su cuello…» «Ha…, bueno… Al menos empezaste a bajar…» «Tiene un escote muy lindo.» «¿Solo escote?» «Y…, los… pechos…, también son muy lindos…» «¿Grandes o chicos?» «Y… parecen… grandes…, es la medida justa…» «Mirá. ¿Qué te parecen?» Con un rápido movimiento de las dos ...
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