LA PATRONA EXIGENTE
Fecha: 11/07/2022,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... generoso, unas sandalias de tacos…, un peinado súper súper… ¡algo de locura! ¡La patrona tenía 20 años menos! Nosotros le calculábamos 55, más o menos, siempre con su bata baldeando el patio a la 5 de la mañana… y no mucho más. Jamás la había visto de otra manera…, ni cuando vine a alquilar la habitación. Yo no sabía qué hacer. «Daniel, vení un momentito, por favor.» Su voz era tranquila, nada de enojo o recriminación. «Si voy, señora Paulina.» Quería ser lo más respetuoso posible. «No te voy a demorar mucho. Quiero hablar con vos, nada más.» Me acerqué, prácticamente arrastrando los pies. «Vení sin miedo…» ¡Y sonrió! Cuando llegué a su lado, entró. Ante mi duda, me tomó suavemente del brazo, y me hizo entrar a la cocina. «Seguime.» «Si señora Paulina.» Hice dos cosas…, con mis ojos… Me fijé que desde la ventana de la cocina se veía perfectamente la mía, y cuando mi vista se centró en ella, que iba delante de mí, no pude desplazarla de su culo y sus piernas. ¡Todo perfecto! ¡Cómo se había transformado! La seguí hasta la sala. Había un amplio sofá de estilo clásico, revestido de cuero negro, brilloso, con montañitas o globitos, de tres cuerpos, y otros dos individuales. Me hizo sentar en el sofá grande y ella se sentó enfrente, el de una persona… ¡Ahora si estaba más jodido todavía! Me costaba una barbaridad mirarla a los ojos y olvidarme de sus piernas…, que exhibía hasta más arriba de medio muslo, por poquísimo… casi hasta la ingle. «¿Sabés Daniel? No te digo para que te ...
... preocupés, no va a pasar nada…, pero anoche te vi con una amiguita, muy, muy, muy cariñoso…, ambos…, contentos, más bien… muy felices…» La patrona sonreía, burlándose. Yo me había puesto rojo, bajando la vista al piso. «Vine a la cocina a tomar agua y vi la luz en tu habitación… ¡Jajaja! Pensé que estabas estudiando. “Que aplicado es Daniel”, pensé. Y de puro curiosa nomás, me puse el salto de cama… -duermo con un camisón bastante liviano, que no abriga nada…-, y fui a ver que hacías…, y entonces los vi…» Yo temblaba… «No te asustés, no voy a contar a nadie lo que vi…, pero… sinceramente…, me gustó. Si, me gustó, y no porque sea morbosa…» «Si señora Paulina…, entiendo…» «No me digás señora… Con Paulina es suficiente. Estaban gozando tanto y estaban tan felices…, que tuve envidia… ¡Hace como mil años que yo no lo hago! ¿Te das cuenta? Me fijé en algo muy especial. Sos tan dulce y cariñoso que la nena no dejaba de sonreír…, siempre, especialmente cuando… vos le dabas… duro. Cuando estaban a lo perrito, vos bombeabas suavemente…, y ella tenía una sonrisa encantadora…, le gustaba mucho…, y se decían cosas, no las oía…, pero supongo que serían lindas palabras… ¿no?» «Si…, nos gustamos mucho…» «¿Vos que le decías?» «Y… que es muy linda…, que tiene una hermosa colita…, y… bueno… esas cosas…» «¿Y ella te contestaba?» «Sí, claro.» «¿Qué cosas?» «Y… que le gustaba mucho lo que le hacía…, como lo hacía…, que había tenido tres orgasmos… y que le venía de nuevo…, esas cosas…» «¿Y vos… ...