1. Juego de llaves


    Fecha: 17/08/2018, Categorías: Incesto Autor: XAVIA, Fuente: CuentoRelatos

    ... horas, había perdido la cuenta del número de orgasmos que había tenido y le había dejado el chichi escocido.
    
    Se moría de la envidia. Su Juan no pasaba de un polvo por sesión, solía lograr que se corriera aunque nunca había tenido uno de esos clímax escandalosos que María describía en que no podía evitar gritar. Era más bien un cosquilleo en los labios exteriores y en el interior de la vagina que le gustaba mucho pero que no difería demasiado de lo que sentía cuando él llegaba antes y tenía que acabarse con los dedos.
    
    MARINA
    
    Había dormido poco. El vuelo que los traía de Roma había tardado más de dos horas en despegar de Fiumicino. Los italianos eran la leche. Por cada avión de una compañía extranjera que entraba en la pista de aceleración se colaban tres de Alitalia. Nunca se había encontrado con nada parecido. Ni en Heathrow, ni n Orly ni en el JFK de Nueva York. Ojalá se lo hubieran avisado en la agencia cuando contrató el viaje de tres días con Julio, con el que llevaba 9 años casada. En vez de volar con Iberia lo hubiera hecho con la compañía italiana.
    
    Quisieron apurar los tres días, pues el viernes había sido festivo en Barcelona, cogiendo el último vuelo del domingo por la noche. Tenía prevista la llegada a El Prat a las 00.45 pero llegó cerca de las 3.
    
    Se le pasó por la cabeza no ir a trabajar, más de una y de dos compañeras y compañeros lo hubieran hecho, pero ella siempre había sido una profesional responsable que se indignaba cuando algún amigo o ...
    ... conocido llamaba inútiles a los funcionarios. No es justo que unos pocos den fama a la mayoría, se defendía, aunque tenía que admitir que en la administración pública se podía vaguear mucho más que en el sector privado.
    
    MARIAN
    
    Estaba incubando una gripe. Era la primera del curso y sabía que no sería la última. Se había hecho pruebas de alergia de todas las bacterias conocidas pero ninguna había salido positiva. Su cuerpo se defendía de los patógenos externos mediante un leve aumento de temperatura, un poco de mucosidad y un ligero malestar muscular. Nada más. En 33 años de vida nunca había tenido ninguna enfermedad.
    
    Estornudó suavemente, amortiguando el sonido con el pañuelo de papel que le acompañaría esa mañana. ¡Jesús!, oyó a su espalda. Arsenio atacaba de nuevo. ¡Qué pesado era ese tío! Le preguntó si se encontraba bien, sí gracias, no es nada, pero él se le acercó, demasiado, aprovechando que al estar sentada tenía una visión bastante sugerente de su escote, apoyó una mano en su hombro, ¿de verdad no te hace falta nada? No gracias.
    
    Aún necesitó un par de minutos más para sacárselo de encima, nunca mejor dicho, pues el cerdo no se contentó con tocarle el hombro mientras sus ojos buscaban tesoros ocultos. También acercó su cuerpo al de ella como si pretendiera rozarle el paquete en el brazo. Nunca había llegado a tanto, no con ella al menos, aunque sabía que más de una y más de dos habían sucumbido a sus encantos. Lo que aún no lograba comprender era de qué encantos ...
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