1. Juego de llaves


    Fecha: 17/08/2018, Categorías: Incesto Autor: XAVIA, Fuente: CuentoRelatos

    ... sé guardar secretos.
    
    Era cierto. No sólo era una mojigata más parada que un pajarillo, pensó María, con lo tonta que podía llegar a ser, lo llevaría escrito en la cara. Aunque tal vez su marido sería el único en no darse cuenta, ya que tampoco Juan era mucho más avispado que ella.
    
    Marina nunca le había sido infiel a Julio, María no esperaba menos de la Señora Rectitud, aunque sí les confesó que de adolescente se había liado con dos tíos a la vez. No, un trío no. En paralelo. No sabía cuál le gustaba más, así que los simultaneó durante tres meses. Marisa le preguntó por cuál se decidió finalmente. Por ninguno. Apareció un tercero, que se llevó el premio, exclamó divertida, provocando gritos de júbilo.
    
    Marian, por su parte, había engañado al novio anterior a Jon con un amigo suyo. ¡Qué callado te lo tenías! Pinchó María.
    
    -Me engañó con una compañera de master. Cuando me enteré, decidí devolverle la moneda. Lo dejé hecho polvo. Más por la humillación que por dejarlo, pues rompí yo. No quise darle pie a que fuera él el que tomara la iniciativa. ¡Que se joda! Pensé.
    
    ¡Sí señora, así se hace! La vitorearon Marisa y Marina. María, en cambio, la miró sorprendida. No esperaba esa confesión de la princesita pija. Pero podía facilitarle poner en práctica una idea que llevaba meses rondándole la cabeza.
    
    -¿Qué es un juego de llaves?
    
    La pregunta había salido de los labios de Marian, pero Marisa tampoco sabía de qué se trataba. Por la expresión de su cara, María ...
    ... entendió que Marina sí conocía el juego. Había esperado a soltar la bomba a última hora, pasadas las 2, cuando las cuatro amigas ya iban cargadas de alcohol y todo les parecía divertido.
    
    En su explicación, María enfatizó más la fantasía, la transgresión, la novedad, la travesura, que la mecánica propiamente dicha del juego. Apeló, además, a la confianza entre las cuatro amigas y a las excelentes relaciones existentes entre las cuatro parejas. Este último punto era una verdad a medias. Los ocho habían salido en algunas ocasiones, pues una o dos veces al año se iban juntos de fin de semana. Habían ido a la casa de los padres de Juan en la Costa Dorada, de camping o de hotel. Nunca había habido malos rollos ni problemas destacables, aunque cada pareja y cada marido tenían sus peculiaridades que no siempre encajaban al 100% con todos los miembros del grupo.
    
    Pero esta vez, no se trataba solamente de pasar juntos un fin de semana. Se trataba de ir más allá, mucho más allá.
    
    MASIA
    
    María había planteado el juego, así que María lo planeó y organizó. Había alquilado una casa rural de 8 plazas en el Pre-Pirineo. Saldrían el sábado por la mañana, pues Juan trabajaba hasta tarde el viernes, y pasarían juntos las 36 horas siguientes. Primero una buena comida en una fonda de montaña que le había recomendado un cliente a José, para continuar la tarde visitando la zona hasta que les diera la hora de cenar. Entonces empezaría el juego propiamente dicho. Cena fría en la casa, copas y ...
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