LA PATRONA EXIGENTE 2 - Relatos Eróticos

LA PATRONA EXIGENTE 2

... Esto lo decíamos mientras la pija entraba suavemente a su húmeda concha. «¡Hasta el fondo, mi amor!» La tenía de las tetas, mientras bombeando recibíamos la ducha sobre nuestros cuerpos… ¡Acabamos los dos! «¿Ves? ¡Ya me hiciste tener un orgasmo! ¡Sos único!» Nos lavamos bien, nos enjuagamos…, nos secamos, y fuimos abrazados al dormitorio. 
“«Sentate en el borde, por favor. Perdoname, no es que quiera darte ordenes…» «No importa eso. Quiero hacer todo lo que vos quieras.» «Bueno, ahora quiero esto.» Y me agaché entre sus piernas. «¡Qué lindo! Siento tu lengua sobre mi piel y me encanta.» Levantó una de las piernas, teniéndosela con las manos. Besé el interior de los muslos, llegando a sus labios externos, ahora mucho más fácil de lamer al tener recortado el vello. Fui por afuera y por dentro. «Tenés razón con el vello más cortito. Es más fácil y se saborea más.» «¿Viste? Yo pienso en vos.» Le metí la lengua en la vulva, todo lo que pude. Tomé el clítoris entre mis labios y le metí dos dedos en la concha. «¡Dios! ¡Qué lindo! ¡Me volvés loca! Me gustás tanto. ¡Sos tan dulce!» Después de chupar bastante, tragándome todos sus jugos, me levanté y fui a su boca. «¡Qué lindo besarte con el sabor de tu conchita en mi boca!» «Ahora me lo pasaste a mí.» «¿Te gusta?» «Claro. Hoy me masturbé varias veces pensando en vos, y me llevaba los dedos a la boca.» «Bueno, ahora otro poquito.» Y me agaché nuevamente. «¡Es riquísima Pauli! ¡La más rica del mundo!» «¿Y las conchitas de las ...

... nenas?» «¡Ninguna tan rica como la tuya! ¡El mejor postre!» «¡Luego de cenar te la doy de postre!» «¡Hecho!» Volví al clítoris y a los dedos en el culo. Quería ir preparándolo. «¡Así! ¡Así! ¡Asíííí! ¡Dios! ¡Acabé de nuevo! ¡Qué calentura! ¡Qué lindo es!» «Me pone muy contento que te guste, mi tesoro…» «Pareciera que sos mi amo.» «No. No quiero eso. ¡Vos sos la patrona!» «Ahora no. ¡Ahora soy tu amante y nos amaremos hasta quedar rendidos!» Luego de chuparle los últimos juguitos me paré. «Acostate y levantá las piernitas.» Me arrodillé entre sus piernas y se la fui metiendo despacito, con absoluta facilidad, dado la generosa humedad. Me apoyé con las manos al lado de sus hombros. Me incliné para besarla. ¡Me gusta tanto sentir sus labios en mi boca! ¡Sus labios! ¡Todos ellos! «¡Con vos me gusta de toda forma, mi bebe amoroso!» «A mí también, mi tesoro. La mujer más hermosa y espectacular que conocí en mi vida.» «¿Espectacular por qué?» ¡Ella sabe en qué es espectacular! «Porque lo hacés todo tan bien y…, bueno…, con todo respeto… ¡tus tetas son espectaculares, tu culo es espectacular, tus piernas son espectaculares… y… tu conchita es espectacular! ¡Y es tan espectacular estar dentro tuyo! No solo el pene, también la lengua y los dedos.» «¡Jajaja! ¡No te animás llamarla “pija”! ¡Vos tenés pija, mi amorcito, y yo tengo concha, tetas!» «Y también culo… ¡no te olvidés!» «No, tesoro, jamás me olvido. ¡Te estoy esperando adentro!» «¡Eso, mi amor! ¡Quiero tu culo! ¡Sólo eso! ¡Tú culo!» ...