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Los cinco albañiles de la construccion y...el jefe de obras
Fecha: 19/08/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... machos, me dije para mi mismo que ya eran pocas las cosas que lograban asustarme al culear en forma normal con uno o varios tipos seguidos. Por lo que hice un coqueto mohín con los hombritos como diciendo, aguanto cualquier cosa que me pongan por detrás. El capataz entro con el quinto de los obreros un tipo bajito pero de anchas espaldas y piernas como postes. Entre todos y a base de pullas lo obligaron a desnudarse y allí comprendí d que se trataba el reto. Entre las piernas del tipo colgaba la verga mas grande que halla visto hasta allí. La del profe de francés y la del diplomático Ecuatoriano eran gordotas pero cortas. Esta sin embargo era aún mas gordotota que la de ellos pero de un largo tal que me hizo dudar si yo sería capaz de comérmela completamente sin sufrir algún tipo de lesión irreversible. Así sin estar completamente erecta alcanzaba fácil los 20 centímetros y del grosor de mis antebrazos. No puedo negar que me vi intimidado por semejante monstruo pero, no debía demostrar temor alguno frente a esos hombres y considerando que ya estaba lo suficientemente dilatado y jugoso por dentro les dije que bueno pero que ellos debían ayudarme en tan difícil tarea. Me tranquilizaron diciendo que el hijo del capataz se la había zampado enterita siendo el de menos edad y de un físico mas esmirriadito que el mio. Le pregunte que como quería que me pusiese para hacerle mas fácil la tarea de taladrarme con ese monstruo, a lo cual el quinto de los hombres manifestó que a lo ...
... perrito en cuatro sería la manera como mas me acomodaría a mi y a el. Me puse en 4 mientras los otros 4 obreros hacía rueda alrededor nuestro para no perderse detalles del erótico cuadro que se iba a desarrollar delante de ellos. El capataz aun mas, nos ayudo en el polvo sujetándole la verga al quinto de los hombres mientras la apuntaba directamente a mi delicado culito. Al que lo le hice el "dragoncito", cooperó separando mis nalgas para dejar todo mi ano expuesto y lo mas abierto posible y asi facilitar la penetración. El quinto obrero presionó levemente el glande contra mi ano y no obstante que yo estaba deseoso de a lo menos intentar tragármela completa, por temeroso reflejo cerré mi esfínter lo que hizo que de primeras fuese imposible el acoplarnos, lo que motivó al Capataz a darme una sonora palmada en el trasero que logró que mi ano se relajase y el enorme ariete entrase hasta la mitad o a lo menos, así lo sentía yo. Comencé a jadear con la boca abierta intentando relajarme mientras la monstruosidad me penetraba milímetro a milímetro mientras yo sentía que una barra al rojo me dividiría en dos . El obrero me agarró de las caderas y continuó entrando en mi hasta que al fin y después de un trabajoso esfuerzo, logré comérmela por completo. Con un espejo me mostraron que ya no quedaba nada afuera y que había logrado una hazaña que incluso pocas mujeres lograban. Comerme por completo la verga del tipo ese. Alli me dediqué solo a gozarla mientras cadenciosamente entraba y salía ...